lunes, 20 de diciembre de 2010

Compatibilidad Acuario

ACUARIO

Aire – Fijo – Positivo
Regido por Urano
Símbolo: el Aguador
Fuerzas diurnas – Masculino


ACUARIO


Aire – Fijo – Positivo
Regido por Urano
Símbolo: el Aguador
Fuerzas diurnas – Masculino

La relación ACUARIO – ACUARIO





A todos nos suceden cosas extrañas en nuestro tránsito por la vida sin que
nos demos cuenta durante un tiempo de que han sucedido.


Sí. Es verdad. A todos nosotros nos suceden cosas extrañas, más o menos cada pocos años, y no nos damos cuenta enseguida de que han sucedido. Sólo notamos más tarde la naturaleza extraña del incidente o del acontecimiento.

Sin embargo, a los Acuario les suceden cosas extrañas a un promedio de una o más por día, y los Aguadores nunca notan lo que ocurre. ¿Por qué un Acuario habría de considerar de alguna manera insólita un encuentro próximo de la primera, la segunda, la tercera, la cuarta, la quinta, o la centésimo sexagésimo sexta clase? Para Acuario, lo raro es lo normal. Lo normal es raro.


Cuando dos de ellos unen sus esquemas aurales en una relación de signos solares 1 – 1 de cualquier tipo –en una escuela, una oficina, un hogar, una cápsula espacial, la noria gigante de un parque de diversiones, o un bote de remos- la vida se convierte de veras en algo muy extraño, en una especie de pastel invertido de piña y pasas de ciruela, con círculos y rayas, estilo Hobbit de Tolkien, y con algo de Sombrero-Loco-pasando-por-los-aros-de-croquet. Seré franca con vosotros. Un Acuario es todo lo excéntrico, brillante, genial y chalado que se puede ser. Dos Acuario juntos son exactamente dos veces más todo lo excéntrico, brillante, genial y chalado que se puede ser. Ya os formáis la imagen, una de esas imágenes con las que os encontráis al mirar los espejos ondulados del pabellón de la risa del parque de diversiones. Porque, como he escrito antes, tanto en este libro como en Sun Signs, Acuario es el signo de la genialidad y la locura, y a menudo es difícil trazar un límite sutil entre estas dos virtudes.

Podéis depositar sobre el umbral de su casa un cesto con toda la responsabilidad por esta era delirante que nos toca vivir. Desde luego, si obráis así, ellos se limitarán a salir cada mañana rumbo a Disneylandia, saltarán por encima del cesto sin siquiera verlo, y después seguirán ocupándose distraídamente de sus negocios. Sí, los Acuario se ocupan de sus negocios, y pretenden que vosotros os ocupéis de los vuestros, sin inmiscuiros en los de ellos. De modo que saltarán por encima del cesto, sin fijarse siquiera en él, cada mañana de su vida. Podría ser un crío que alguien abandonó en el umbral. Si lo fuera, debería llorar estentóreamente para que el Acuario bajase la vista y notara su presencia. Estos personajes miran siempre hacia arriba, hacia atrás y hacia los costados, pero nunca hacia abajo. Es por esto que rara vez saben cuál es el terreno que han invadido sin autorización. Podría decirse que sólo utilizan la visión periférica. Pero de alguna manera consiguen encontrarse el uno al otro. Pienso que tal vez utilizan el radar. Pero entendedme bien: no necesitan entrar en una tienda y comprarlo en frascos o cajas… lo tienen incorporado en su Tercer Ojo.

Los Acuario no deberán sentirse injuriados por todo esto, ni deberán precipitarse en paracaídas sobre la conclusión de que los estoy menospreciando. En verdad (real y sinceramente) Acuario es mi signo solar favorito, después de Leo… y de Aries, por supuesto. Un excelente astrólogo que conocí en Nueva York os llamaba a los Acuario “los portadores de la antorcha de la dignidad humana”. (Esto me sobresaltó de veras, porque, ¿cómo se puede asociar algo digno con unos seres que se pasan la vida cabeza abajo?) Los antiguos sapientísimos os llamaban “los humanitarios del planeta Tierra”. Por lo menos un autor os ha denominado “la última esperanza de la raza humana”. Casi todos quienes estudian astrología os definen como “genios brillantes, premonitorios e inventivos”. Y también os consideran acertadamente “los líderes de la nueva Edad de Oro”. Pero nada de esto importa. Yo os considero alocados, excéntricos, tan imprevisibles como una tarjeta cómica de San Valentín enviada a Quasimodo, a su habitación de la torre de Notre Dame… con un pie en el Cielo, otro en la Tierra, la cabeza en las nubes, y las orejas pegadas al revés. En otras palabras: raros. Además, siempre perdéis vuestras lentes de contacto en la bandeja de los cubitos de hielo, en la nevera.


Aparte para los lectores: No os preocupéis. A los Acuario les halaga inmensamente que les atribuyan las cualidades precedentes. ¿Os parece extraño? No tanto. Veréis, los capricornianos reaccionan como si les hubierais otorgado el premio Nobel cuando les decís francamente que son remilgados. Los Tauro se hinchan de orgullo cuando les informáis que son tenaces como el pegamento… Los Leo sonríen con expresión benévola cuando les habláis de su arrogancia insoportable, y… escuchad, ¿sabéis una cosa? Todo el mundo es raro. Quiero decir ¡TODO EL MUNDO, sin excepciones! Debe depender de la teoría de la relatividad o de algo parecido. Evidentemente, somos doce los grupos montados sobre este balón giratorio, y enfocamos la vida con doce criterios distintos. (¿Pensáis que ésta es la lección de tolerancia que han venido a dictarnos los Aguadores?) Por supuesto, la única forma sensata y correcta de enfocar la vida es la de Marte-Aries. Algún día se demostrará que esto es indiscutiblemente cierto. Mientras tanto, en mi condición personal de Carnero, me niego a seguir discutiendo el tema.


Muchas personas me han escrito para preguntarme por qué Acuario es un signo de Aire, a pesar de lo cual su símbolo es el Aguador. Desean saber específicamente cómo se puede decir que un Aguador pertenece al elemento Aire. Me gustaría aprovechar esta oportunidad para contestarles.


No lo sé.


¿Por qué os quejáis? Ésta es una típica explicación de Acuario. Tan clara como el smog que cubre Los Ángeles. En mi condición de astróloga, no me sorprende en absoluto la mezcla de los elementos Aire y Agua. Y a medida que aprendáis más cosas acerca de estas criaturas singulares, atravesadas, de confusión creativa, tampoco os sorprenderá a vosotros. Espero que el conocimiento de las estrellas y los planetas os disuada de escribirme para pedir algo tan absurdo como la explicación del porqué de algo relacionado con los nacidos en febrero. (Algunos Acuario nacen a fines de enero, pero la mayoría nacen durante lo que los norteamericanos llamamos el mes de la marmota… y es lógico que sea así.)

Ahora imaginad esto. Dos Aguadores se han descubierto recíprocamente, en el parque de juegos, en la universidad, en un equipo de baloncesto, en un hangar de TWA, o entre los espectadores de Star Wars. Leen este libro juntos. O sea, uno de ellos (excluyendo a los críos del parque de juegos) se lo lee en voz alta al otro, que se pasea por la habitación, regando las plantas y hablándoles (pero escuchando). El lector se interrumpe, más o menos aquí… se vuelve hacia el Acuario que empuña la regadera y que está enfundado en el chándal y comenta: “¿Pero qué dice esta autora? ¿Acaso tenemos algo de raro? Tú te has doctorado en física nuclear, yo soy general de brigada del Ejército de salvación, ambos somos evidentemente personas inteligentes, normales, discretas, calladas. Este libro insinúa que somos, de alguna manera, “estrafalarios”. La astrología no puede ser exacta si insinúa semejantes cosas, ¿no te parece?”.

El segundo Acuario se detiene cerca de las violetas africanas, reflexiona cuidadosamente, con la intención de analizar correctamente la pregunta, y después mira al otro Acuario, con expresión soñadora, y responde: “Todo el mundo es estrafalario, excepto tú y yo… y a veces…” (deja la frase en suspenso).

El primer Acuario lo interrumpe, también con expresión soñadora: “…y a veces tú desvarías un poco…” (completando la frase).

“¡Gracias, camarada, por ayudarme! Había olvidado el final. Me sacaste las palabras directamente del inconsciente –comenta el segundo Acuario-. A veces soy muy distraído.”


PRIMER ACUARIO: Parece que nos leemos muy a menudo el pensamiento, ¿no es verdad? Quizás deberíamos seguir un curso de telepatía, o algo así, para poder entender por qué entendemos tanto.

SEGUNDO ACUARIO: No lo creo. Eso no me excitaría. ¿Por qué no compramos en cambio un libro sobre la forma de captar las voces de los muertos? Hay uno titulado Breakthrough, que publicó Taplinger, o alguien, y que explica cómo se puede captar la voz de cualquier persona, viva o muerta, con un magnetófono común. En varias grandes universidades ya han verificado que funciona. Escucha, ¿has visto qué hice con mi regadera?

PRIMER ACUARIO: Acabas de meterla en el cajón de la cómoda. ¿Estaba vacía?

SEGUNDO ACUARIO: ¡Qué barbaridad! Todavía estaba semillena. ¡Mira mis jerseys! Están empapados.

PRIMER ACUARIO: Ése es mi cajón de la cómoda, y esos no son tus jerseys, son mis gatitos.

SEGUNDO ACUARIO: Bueno, lo siento mucho… ¿pero qué hacen tus gatitos en el cajón de la cómoda?

PRIMER ACUARIO: Siempre duermen la siesta allí, porque les gusta el perfume del cedro, ¿No lo recuerdas?

SEGUNDO ACUARIO: Es verdad. Lo había olvidado. ¿Me prestas tu secador de pelo, para secarlos? Pobrecillos.

PRIMER ACUARIO: No te preocupes. Los secaré yo. Tú corre a la biblioteca y pide Breakthrough. Puedes usar mi bicicleta. Pero ten cuidado. Le falta la rueda trasera. Procura evitar las congestiones de tráfico.


¿Entendéis lo que quiero decir? El desenlace de cualquier tipo de asociación entre dos individuos Acuario de cualquiera de los tres o cuatro sexos, que dure desde quince minutos hasta un par de décadas o toda una vida, es totalmente imprevisible. Lo único que se puede prever acerca de su relación, cualesquiera que sean sus edades, su peso, su estatura, sus números de Seguridad Social, y sus referencias previas, es que se entenderán enseguida el uno con el otro. Esto es por sí solo un milagro fabuloso. A menudo un encuentro entre dos personas regidas por Urano hace brotar (literal y seriamente) lágrimas en los ojos de ambas. Así es: cuando has estado pensando que nadie en el mundo entero sentirá nunca lo que tú sientes respecto de nada, o nunca entenderá por qué sientes lo que sientes respecto de todo… el día en que encuentras a alguien que sonríe comprensivamente debes marcarlo EN ROJO en tu calendario de Tolkien, como una efemérides de paz y alegría y bienestar inesperados, pero cálidamente bienvenidos.

Por fin has encontrado a otro ser humano que caminará silenciosamente por las colinas recogiendo setas contigo, y que no parloteará sin parar sobre temas intrascendentes. Alguien que sabe dónde buscar a Régulo y Espiga en una estrellada noche estival en las montañas, y que también sabe señalar a Arturo… alguien que ha leído Walden, de Thoreau, exactamente veintitrés veces, como tú… alguien que está dispuesto a aporrear a todos los charlatanes del Congreso porque se niegan a honrar y tratar a los indios norteamericanos con el inmenso respeto y veneración que merecen, para no hablar de que se niegan a pedirles excusas porque les robamos sus tierras y su país. Alguien que sabe lo que es un quark, por qué el número nueve es el solvente universal, y también el Dragón Rojo de la alquimia… alguien que defiende los inodoros sin agua, porque considera que son la gran esperanza del futuro, dado que podrían traer consigo la doble bendición de un suelo nuevamente rico y fértil y de aguas puras e incontaminadas en la Tierra… alguien que desea nadar por los ríos, trepar a los árboles… ser libre… en lugar de pasarse la vida dedicado a esta faena aborrecida con que llenamos nuestros días… alguien que cree en la homeopatía y la radiónica porque dan resultados… alguien que está en guerra con quienes se reparten la Tierra y dicen que la “subdividen”… que está resuelto a detener la innecesaria matanza médica y científica de nuestros hermanos animales, vivos y aterrorizados… alquien que es, en una palabra… cuerdo.

Ahora comprenderéis (espero) lo que quise decir con la vigésima y la vigesimotercera palabras de la sexta oración del tercer párrafo, en el comienzo de este capítulo. Entonemos una plegaria silenciosa y reverente para pedir que más Aguadores se encuentren recíprocamente durante ésta, su propia era, que está despuntando. Mientras rezamos, se nos sumarán los Aguadores Abraham Lincoln, Joanne Woodward, Paul Newman, Adlai Stevenson, Lewis Carroll, Mia Farrow Previn, Franklin D. Roosevelt, el profesor Ray Neff… Jimmy Hoffa, Bill Snyder, Edith Bunker, George Jefferson alias Sherman Hemsley, Pearl Burt y Thomas Edison… y todas las plantas y animales y seres marinos indefensos… las crías de foca y sus madres… las vacas y los cerdos y los leopardos masacrados… los Acuario Charles Lindbergh, Vanessa Redgrave… la tribu Coyote de los indios hopis… Tom Banyaca… Craig… Joel Cohen, Debra Hayec… Goldfield Druid, Nona Stodart… Claudine Longet… Alfred E. Neuman… Ruth Edwards… y Bilbo Baggins.

…y también los Aguadores honorarios Claire Faverone y Francesco Bernardone de Asís… Jesús, el carpintero, y María Magdalena…



Mujer ACUARIO Hombre ACUARIO





-Qué tonterías dices, preciosa. Nadie puede entrar en la casa sin
Golpear.
-Creo que él entra por la ventana –respondió ella.
-Cariño, está en el tercer piso.
…oh, seguramente ella lo había soñado.


No. Ciertamente no sueña. Los hombres Acuario entran en las habitaciones de una manera singular e inusitada, tal como lo hacen todo. En verdad, entrar en una casa, un aula, un teatro, un estadio, una iglesia o un gallinero por una ventana sería decepcionantemente mundano para un Acuario. Podría entrar por la puerta haciendo repicar un equipo de esquí acuático o unos chanclos para nieve. Conozco a un Acuario (adulto) cuyo hobby consiste en andar sobre zancos… iguales a los que yo usaba para bambolearme por el callejón cuando era niña. Es el campeón de zancos de su barrio. Verídico. Además se fabrica sus propios zancos. Un actor Aguador que conozco, llamado Bernie Friedman, se desliza en un patinete alrededor de su manzana del Bronx, sobre Cruger Avenue, verificando los resultados de los partidos locales de béisbol; con las brillantes letras de las canciones que él escribe apretadas debajo del brazo; con un ritmo de su cantante favorito, Frank Sinatra, anidado detrás de la oreja izquierda; mordisqueando un pepinillo kósher en vinagre y una rosquilla recién horneada… y luciendo una insignia azul y blanca en la que está impreso el lema: Que la fuerza sea contigo.

Estos Aguadores de sexo masculino provienen, sin excepción, del espacio exterior, y ésta es la excusa muy lógica que emplean para ser tan raros. Tengo un amigo Acuario cuyas iniciales son J. C. (no, no el Rey de los Cacahuetes… ni el otro, aunque mi amigo también es de origen judío. Pero es natural de Wantagh, estado de Nueva York, y no de Jerusalén). De todos modos, Joel Cohen me visitó recientemente. Antes de llegar, me telefoneó y concertó una cita conmigo para las once de la mañana. Cuando le pregunté por qué no venía más temprano, para que pudiéramos desayunar juntos, respondió que no quería comprometerse para una hora anterior, porque quería disponer de tiempo para extraviarse mientras buscaba el lugar del encuentro. Esto me pareció muy sensato. Los Acuario se pierden a menudo en el Metro, en la autopista, en los aeropuertos… y a veces, en su propia casa.

Cualquiera que sea el método que el hombre Aguador elige para entrar en una habitación, una vez que está dentro, si hay una mujer Acuario presente, sus ojos intercambian inmediatamente una sonrisa, luego parpadean unas cuantas veces, y después se desvían hacia el cielo raso. (Es difícil inmovilizar los ojos de Acuario. Y también a los Acuario en persona.) Si uno de estos dos Aguadores ya está comprometido, ligado a algún otro, implicado en un romance, o legalmente casado, a ninguno de los dos se le ocurriría entablar una mayor intimidad emocional. La infidelidad no figura en el código del Acuario típico. (No puedo hablar de los atípicos, como no sea para decir que, si tal vez no convencerá a los demás, pero sí a ellos). De modo que si uno de nuestros Acuario típicos, o ambos, pertenecen a otra persona (si hubiera un compromiso romántico previo), no se enamorarán locamente, ni concertarán una relación secreta, ni infringirán las reglas de ninguna manera. En cambio, se convertirán sólo en amigos íntimos, platónicos.

Si por casualidad ninguno de los dos está comprometido con otra persona, y por tanto a la hora de su encuentro disfrutan técnicamente de libertad para buscar el auténtico amor, ocurrirá exactamente lo mismo. Se convertirán en amigos íntimos, platónicos. A menudo por un lapso bastante prolongado, si se toma en cuenta que pertenecen a sexos opuestos. Los Acuario, ya sean chicos o chicas Aguadores, sienten mucho más respeto por la amistad que por el amor. La amistad es el gran objetivo de su vida: ser amigos de todo rey, reina, primer ministro, embajador, campesino, mendigo, elector, faquir, pastelero y fabricante de velas… de todo perro, gato, mula, rosal, golondrina, tordo, niño, lactante, presidente, hormiga, mosca, caballo, oso hormiguero, cantante, bailarín, payaso y elefante de este planeta. Desde luego, no alcanzan cabalmente esta meta. Pero les falta sorprendentemente poco para alcanzarla.

Veréis, se fían de la amistad. Pero el romance… el amor… representan para los Aguadores un estado de ánimo del que hay que recelar. Aquellos pocos Acuario cuyos soles estaban seriamente vulnerados a la hora del nacimiento por planetas maléficos de la quinta o la octava Casa de su horóscopo, pueden vivir una vida sexual espantosamente heterodoxa y promiscua. Pero la mayoría de los hombres y mujeres Acuario comparten la siguiente actitud… Piensan así: El romance lleva al amor. El amor lleva al sexo. El sexo es, muy sencillamente, el estudio de dos tipos patentemente distintos de tuberías. Una vez que esta diferencia ha sido descubierta, confirmada y cuidadosamente verificada unas pocas veces, es un derroche de tiempo prolongar indefinidamente este proyecto de investigación. En el mundo hay tantos temas fascinantes para investigar, que no se justifica que una persona le dedique todo su tiempo a uno solo.

Incluso los amantes Leo y Escorpión deben confesar que los Aguadores tienen razón en esto, por lo menos teóricamente. Todo lo que estas personas regidas por Urano piensan, dicen o hacen es teórico: abstracto o académico. Incluso enamorarse, cosa que hacen cuando han resuelto que se trata de algo seguro y sensato, pero sobre todo porque son curiosos, y no pueden seguir soportando el misterio… el misterio de él… el misterio de ella.

El hombre Acuario pretenderá que la mujer que elige finalmente como “propia-para-que-lo-acompañe-en-su-gran-gira-por-la-vida”, sea algo más que una simple esposa, amante, madre y criada. Pretenderá que sea una geisha, su confidente, su secretaria, su confesora, su mejor amiga en todo el mundo, su camarada, su socia en todos sus planes demenciales, extravagantes, mágicos e imposibles. Ella también deberá estimar al resto de sus amigos (que podrían ser muchos), deberá ser una experta en matemáticas mentales, deberá saber qué diferencia existe entre Uriah Heep y Ofelia, y deberá haber leído y saber discutir inteligentemente si el profesor Moriarty mató a Sherlock Holmes, o viceversa. (No es necesario que ella sepa la respuesta, bastará que tenga una opinión interesante.) Si la chica Acuario que él ama está en condiciones de hacer todo esto, tal vez él podrá ejecutar algunos milagros en su honor.

Por supuesto, la mujer Acuario pretenderá que él realice esencialmente los mismos trucos mágicos. Pretenderá que sea mucho más que un buen sostén del hogar, marido, padre, amante, y así sucesivamente. Tendrá que ser su gurú, su instructor de judo, su padre, su hermano, su mejor amigo del mundo, su monje tibetano, su romeo, su Valentino, su Cleveland Amory (en relación con la notable cruzada de éste a favor de los derechos de los animales), y ciertamente su Ralph Nader y su Amory Lovins (el heraldo de las formas alternativas de energía, incluida la solar).

En todo lo importante, él deberá recordarle al primer chico que amó, el que le pasó una margarita deshojada por detrás de la espalda de la maestra en la clase de álgebra… así como en todo lo importante ella deberá parecerse mucho a la primera chica que él amó, la que tenía un ojo azul y otro marrón, la más hermosa de la clase de geometría, aquella a la que una tarde él prestó su pañuelo cuando lloraba desconsoladamente porque no le habían salido bien los triángulos equiláteros.

Veréis, las condiciones que ponen los Acuario para el amor eterno son tan difíciles de cumplir, que no es extraño que muchos de ellos no se casen nunca. Se necesita una considerable experiencia práctica para poder aspirar al puesto de esposa de él… o de marido de ella. Experiencia, no en el campo del amor o la sexualidad o de cualquiera de esas trivialidades, sino en el de la vida ordinaria. Borrad esto. Sustituidlo por la vida “extraordinaria”.


Una vez que hayan satisfecho sus respectivos requisitos delicados, complejos, convexos y enroscados, y hayan sido aprobados con un sobresaliente 10, este hombre y esta mujer tendrán muchas probabilidades de lo lograr juntos la armonía sexual. Tanto él como ella conocen instintivamente uno de los mayores secretos del amor sexual, a saber, que la parquedad hace más exquisito todo lo que hay en el Universo, y la unión física no es una excepción. No se trata de que vivan platónicamente, como hermanos –no, lejos de eso- pero, si son Aguadores típicos, tampoco saciarán sus cuerpos apareándose por el solo gusto de aparearse. Cuando expresen su amor sexualmente, casi siempre se habrá producido antes un incremento gradual del deseo, empezando por un intercambio de miradas sonrientes durante la cena o el desayuno. He dicho “casi siempre”. En otros casos (no a manudo, pero sí con bastante frecuencia) su unión física será repentina, inesperada y explosiva, sin que ninguno de los dos insinúe una advertencia previa. Sólo una necesidad instantánea, seguida por una satisfacción silenciosa y también instantánea. Es posible que el hastío de Urano que ambos sintieron individualmente, antes de conocerse, por el exceso de experimentación en el área de las tuberías sexuales, no sea unan mala escuela de investigación erótica para los amantes de todos los signos solares, dado el valor de su diploma.


Si los signos lunares y ascendentes de esta pareja de la configuración de signos solares 1 – 1 son armoniosos, su potencial para descubrir arco iris y trasgos es todo lo tintineante que ellos podrían desear… pero si sus posiciones lunares-solares o ascendentes tienen un aspecto negativo en sus respectivas natividades, es posible que haya demasiadas virtudes (o rarezas) análogas en sus idiosincrasias, y tendrán que introducir algunos ajustes importantes si aspiran a convivir en paz.

Para empezar, cada uno podría estimar demasiado a los amigos del otro. La mayoría de las parejas tienen problemas porque uno de sus integrantes no se entiende con los amigos del otro. Esta pareja no. Sus respectivos amigos les inspirarán tanta curiosidad y fascinación que es posible que olviden por completo su curiosidad y fascinación mutua, y entonces saldrán una noche con uno de los amigos… no necesariamente para tener un amorío, sino quizá para estudiar la posibilidad de montar una discoteca para pilotos de OVNIS o una tienda de alimentos naturistas para jirafas. Quizá para discutir la posibilidad de que el mismo (o la misma) Acuario presente su candidatura a Presidente. Es difícil mantener vivo el romance cuando la cocina está atestada de amigos, y cuando sobre la cama se apilan los abrigos y las bufandas y los jerseys del continuo desfile de… amigos.

Otro rasgo que podrá producir conflictos si lo exageran, porque ambos Acuario lo comparten, es su respectiva fijeza. La fijeza significa obstinación, y algo más. En el hombre y la mujer regidos por Urano, está entretejida con su conducta imprevisible, así que se podría decir que estos dos duplican el síndrome de la tozudez inventiva, extravagante. Por ejemplo, él se obstinará tercamente en permitir que su perro, Jeep, duerma todas las noches con ellos, acurrucado bajo su mentón. Es difícil y ligeramente antiestético darle un beso por la noche a un hombre que tiene puesto un cachorro de labrador a manera de bufanda. Nunca sabes si el beso en el morro se lo das al hombre amado o al perro. Esto puede ser desconcertante para una chica a la que le gusta dormirse amorosamente acunada. O… ella puede defender tercamente su derecho a conducir el auto de él, a pesar de que en una semana lo enroscó dos veces en un buzón, y de que en la guantera se apretuja una colección de sanciones por aparcar incorrectamente y por conducir a excesiva velocidad. Esto puede ser frustrante para un hombre al que le gustaría contar regularmente con un medio de transporte seguro. Es casi imposible convencer a un o una Acuario de que debe cambiar de idea sobre lo que sea (y es totalmente imposible obligarlo a ello).

Afortunadamente, incluso el hombre y la mujer Acuario con aspectos negativos entre sus soles y lunas tienen una solución fácil para sus áreas de tensión. Pueden concentrarse en objetivos comunes –o incluso independientes- de actividad humanitaria o investigación científica. Así no dispondrán de tanto tiempo para enfrentarse con sus respectivas fijezas. Es un hecho que muchas parejas de misioneros, matrimonios de exploradores, de investigadores científicos, de coautores de libros, y así sucesivamente, pertenecen a esta doble configuración de signos solares 1–1 de Acuario. Los dos siempre pueden perderse a sí mismos, juntos, en la consagración a un objetivo idealista, y corren por tanto menos riesgo de perderse el uno al otro, en razón de su descontento y de su desasosiego. No es necesario que hagan un safari juntos por África, ni que escalen el Himalaya en busca del Dalai Lama, ni que trabajen en equipo en un laboratorio cromado. Podrán dedicarse a un trabajo conjunto más normal, mundano, como por ejemplo amaestrar crías de gorila, experiencias extracorporales mediante el trance catatónico en la pirámide de Keops, en Egipto, o escribir un libro para explicar que Keops no construyó la pirámide de Guize y para revelar quién la erigió realmente… todo ello en gozosa sociedad. Sí, sé que estas sugerencias de carreras dobles no son “normales y mundanas” para vosotros y para mí, pero para el hombre y la mujer Acuario no son en absoluto anormalmente excéntricas o delirantes.

Como ya he dicho en este libro, y también en Sun Signs, el hombre y la mujer regidos por Urano creen en el cambio… excepto en lo que les concierne a ellos. Tal vez él tienda a pensar que en el mundo todo y todos deberían cambiar, incluida ella (su compañera), mientras él se niega a introducir la menor modificación en sus hábitos personales. Tal vez ella tienda a pensar –y a negarse- igual que él. Obviamente, uno de los dos tendrá que tomar conciencia de que este tipo de reflexión a ciegas está errada. Preferentemente ambos.

Vivirán sus momentos más felices cuando se den sorpresas recíprocas. A los Acuario les encanta dar y recibir sorpresas. Estos dos rara vez dejarán entrever sus planes individuales antes de ponerlos en práctica. El viejo Ford Modelo T que él le regalará para Navidad será totalmente inesperado. La casilla acoplada a la cama que ella le construirá, para que Jeep pueda dormir en las noches de martes alternos, no será anunciada con antelación, sino que sencillamente aparecerá allí, para dejarlo atónito una mañana cuando se despierte pensando que es Jeep quien le besa la nariz, y descubra que el cachorro ronca contento en su nuevo hogar a pocos pasos de distancia… y que en realidad es su camarada quien lo besa. Su buena y vieja camarada, su mejor amiga, la chica que se parece tanto a su primera amada que le hizo olvidar su nombre. ¿El nombre de quién? De su antiguo amor, quiero decir. Pero también es muy posible que un hombre Acuario olvide el nombre de su esposa. Los nombres carecen de importancia. Él recuerda lo que sí importa respecto de ella, como el aspecto que tiene con el pelo húmedo, después de nadar o ducharse… la forma en que su voz le aplaca el espíritu cuando le lee historias de Tolkien por la noche, a la hora de dormir… y la forma en que le prepara su soufflé de espinacas y su batido de pasas de ciruela todas las mañanas.


La mujer Acuario también es distraída. Puede olvidar de cuando en cuando el nombre de su amante o marido, cuando está atareada con otros menesteres, como el de aserrar madera para la casilla del perro, o el de escribir su tesis sobre el perfeccionamiento de una nueva cámara para fotografiar escenas del pasado, usando cristales de cuarzo en la lente… pero se acordará de lo que realmente importa. Recordará que él fue el primer hombre que pudo señalarle a Sirio y Orión en el cielo… que le explicó cómo el uso generalizado del inodoro sin agua podría salvar el planeta… que le regaló una suscripción al National Geographic el día de su boda y un equipo de herramientas para poner a punto el auto el día de su cumpleaños. Además, por supuesto, están esos momentos de… necesidad instantánea… y satisfacción instantánea… inesperados… y la forma en que los ojos de él le sonríen, después. Estos detalles los recordará eternamente, porque tienen trascendencia.




sábado, 18 de diciembre de 2010

Compatibilidad Piscis

PISCIS


Agua - Mutable - Negativo
Regido por Neptuno
Símbolo: el PezFuerzas nocturnas - Femenino


PISCIS


Agua - Mutable - Negativo
Regido por Neptuno
Símbolo: el Pez
Fuerzas nocturnas - Femenino




La relación PISCIS - PISCIS






Se reunieron alrededor de él. Todos los ojos eludieron lo que estaba
subiendo a bordo. No habían pensado en combatirlo. Era el Destino.




Cuando cuatro Peces están implicados en cualquier tipo de asociación conjunta (cada persona Piscis representa, veréis, a dos Peces, que nadan en direcciones opuestas), pueden optar entre varias formas de comportamiento. Ambos pueden perderse en la evasión eufórica de las drogas o el alcohol... pueden hacerse exquisitamente creativos en muchos tipos de actividad recíproca, que van desde las artes hasta la arquitectura... pueden asociarse para educar paciente y sensiblemente, a cardúmenes de pequeños alevines... o sencillamente pueden nadar y confraternizar, eludiendo las algas, trabando amistad con los tiburones, conversando con los delfines, saludando alegremente a las gaviotas que los sobrevuelan, retozando entre las olas, y jugando al escondite entre ellos. Las alternativas son más o menos las mismas que cuando los otros dos signos de Agua están implicados en este tipo de influencia de la configuración de signos solares 1-1, aunque normalmente ésta no es tan intensa como la doble vibración de Escorpión... ni tan materialista ni posesiva como la doble vibración de Cáncer.


El signo solar Piscis lleva implícitas ciertas dosis de suavidad y placidez que pueden mitigar, en diversa medida, la vitalidad de su motivación y de su acción consiguiente. En general, los Piscis son extraordinariamente sensibles o "telepáticos", aunque a menudo esta cualidad se representa en forma pasiva: el (o la) Pez depende de los sueños, la intuición y las impresiones instantáneas en su vida cotidiana, personal. A veces les faltan el empuje y la energía que crea a los místicos que son también grandes líderes. Piscis prefiere irradiar su luz silenciosamente, entre bastidores.


Albert Einstein y Rudolph Steiner, ambos Piscis tenían presentes en sus natividades otras poderosas configuraciones planetarias que diluyeron considerablemente la naturaleza soñadora, remolona, de su signo solar, y los convirtieron en visionarios prácticos.


Dos Piscis siempre deben tener conciencia de los diversos aspectos del polo negativo del legado telepático que les dejó Neptuno: desvaríos, falsas ilusiones, quimeras ociosas y el autoengaño, así como la sutil tentación de descarriar de alguna manera a los demás.
El destino individual y la suerte de su asociación 1-1 dependerá mucho de los signos lunares de los dos Peces. Si el intercambio Sol-Luna entre sus natividades es favorable, les resultará fácil convivir armónicamente. Si no lo es, deberán estar muy alertas, para no ahogar recíprocamente su espíritu de iniciativa y su ambición.

Hay muchas probabilidades de que de cuando en cuando pasen por trances de reyertas mezquinas, enfado e irritabilidad, pero en general no tendrán el tipo de dificultades que experimentan con otros signos solares, como Géminis y Sagitario, por ejemplo, para comprender sus respectivas naturalezas básicas. Los regidos por Neptuno no sólo comprenden fácilmente sus respectivos secretos y sus personalidades esquivas, sino que también manifiestan una compasión instintiva por sus respectivas penas y aflicciones. Es raro que dos Peces que se encuentran no capten casi inmediatamente esta empatía, cualesquiera sean las otras posiciones planetarias de sus cartas natales. Todas las asociaciones 1-1 experimentan la misma familiaridad mutua, pero ninguna de ellas la capta tan rápida y profundamente como Piscis y Piscis (con la posible excepción de una pareja de Escorpiones).

Estos dos gravitan el uno hacia el otro de manera natural y fácil. Se conocerán a menudo en la playa, o en torno de una bebida, ya se trate de un vaso de Perrier o de algo más fuerte. Por supuesto, también pueden encontrarse en una sala de conciertos, en el parque, en un hospital, en la oficina de un periódico, en el teatro, en un convento, en un monasterio, o en un laboratorio científico... consagrados a cualquier tipo de ocupación o carrera que le permita suministrar a Piscis alguna forma de "servicio" creativo a los demás (aunque sólo se trate de entretenerlos) con la mínima autoridad necesaria... y la máxima libertad posible.

Por lo general, los Piscis son exteriormente afables, suaves en el hablar y complacientes. No son perfectos, y tienen sus malos momentos, pero habitualmente los Peces no son propensos a convertir un agravio menor en un casus belli. Soportan sus problemas con bastante jovialidad y despreocupación y, cuando la carga se hace demasiado pesada, los Peces tienden a dejar caer el problema y a alejarse sencillamente de él, en lugar de encarnizarse inúltilmente, luchando contra el destino... o contra lo que interpretan como inevitable.


Para comprobar la característica de acomodación, que está tan implantada en la naturaleza de Neptuno, verificad el índice de este libro. Notaréis que todos los otros signos solares figuran enumerados en columnas cada vez más breves. Como Piscis es el último signo abordado en el análisis de compatibilidad de todas las asociaciones anteriores, cuando llegué a las compatibilidades de Piscis (mientras daba el toque final a los títulos), quedó en claro que sólo podría contener un capítulo, el de "Piscis-Piscis", pues todas las otras relaciones de Piscis ya habían sido analizadas al final de cada una de las secciones de los otros once signos solares precedentes. Como no quería ofender a mis lectores regidos por Neptuno, ensayé varios cambios de formato, para rectificar este mal trato al pobre Pez. Pero cada modificación que intentaba introducir creaba confusión respecto de la totalidad de los doce signos solares. Por fin resolví dejar las cosas en su natural orden astrológico, y comprendí que los Piscis no se inmutarían. El manso Piscis medio espera ser el último, tener menos, recibir el trozo más pequeño de pastel, y ser el único de la multitud cuya cabeza es la más favorecida por una bandada de palomas que vuelan a baja altura. Creedme, posiblemente los Piscis se pondrían nerviosos si vieran que les dedican una sección íntegra de doce capítulos.


Los Peces se sentirán más seguros cuando descubran que están escondidos, como de costumbre, entre los otro doce signos solares, en razón de lo cual a los restantes lectores les resulta difícil encontrar sus asociaciones individuales de compatibilidad con otros signos. Les gusta que sea así. Todos sus amigos tendrán problemas para localizarlos y averiguar cómo se llevan con la gente, ¿no es cierto, Piscis? Pero sabréis dónde buscaros a vosotros mismos, aunque todos los demás puedan pasaros por alto. (Como siempre, ¿verdad?) No os ofusca ser "los últimos, con lo mínimo" en lugar de "los primeros, con lo máximo"... porque recordáis la advertencia bíblica de que "primeros serán postreros, y postreros, primeros". (Para ser justos con las feministas, será mejor decir "primeros y primeras serán postreros y postreras, y postreros y postreras, primeros y primeras".) ¿Y cuál era la otra apología de Piscis incluida en el Nuevo Testamento? "Bienaventurados los mansos porque ellos recibirán la tierra por heredad." Pobres almas de Neptuno. Si algún día heredaran la tierra, probablemente los impuestos a la herencia la reducirían hasta dejarles sólo el gusto del Bronx... y quizás una pequeña tajada de Siberia.

Tenemos el caso de un famoso cantante de rock Piscis, de Indiana (no lo abochornaré dando su nombre, pues ya tiene suficientes problemas), que durante su primera presentación en televisión, después del panegírico del anunciador y los hurras del público, empezó a tocar y a cantar su melodía más popular... y al cabo de los dos primeros acordes dejó caer la púa en el hueco de la guitarra. Afortunadamente el espectáculo se grababa en vídeo tape. Éstas son las cosas que les suceden a menudo a los Peces.


Los hombres, mujeres y niños Piscis son descuidados a menudo por sus amigos, vecinos, parientes y socios... y a veces incluso por sus amantes y consortes. Pero realmente no tenéis por qué compadecerlos. En verdad, prefieren disfrutar de lo que sucede alrededor de ellos, mientras pasan inadvertidos. Piscis es deliberadamente modesto. Estos dos no acostumbran a enarbolar grandes pancartas con la leyenda ¡AQUÍ ESTOY! escrita en llamativas letras rojas y amarillas (odian usar tarjetas de identificación en las convenciones), y por tanto es fácil que una pareja de Piscis pase casi totalmente inadvertida en una habitación atestada de gente... excepto, claro está, cuando uno de ellos se embriaga con un exceso de tequila y derriba el acuario o los helechos plantados en tiestos. Entonces el infortunado Pez se ruboriza, y sufre un acceso de vergüenza aguda, no por su borrachera o su torpeza, sino porque ha atraído demasiada atención indeseada. Hay bastantes Piscis que están en primer plano, por la profesión que han elegido, pero nunca disfrutan realmente de ello, y nunca conocí un Pez que se quejara porque no estaba en primer plano. Siempre debéis pensar en el símbolo del signo, que en el caso de Piscis es el pez de la Naturaleza. ¿Os parece posible que la trucha, el salmón o cualquier tipo de pez salte fuera del agua, sólo para llamar la atención?


No es extraño que se escondan cuando hay tantos pescadores dispuestos a clavarles un doloroso anzuelo en la boca, para luego dejarlos morir lentamente en un cesto, boqueando, mientras os dicen que eso no importa, porque el pez es "un animal de sangre fría". Cualquier que haya visto cómo un pescado se retuerce al agonizar, se preguntará qué clase de mentalidad tienen quienes argumentan que esta criatura no experimenta sufrimientos ni terror. El animal de sangre fría es el pescador, aunque tal vez no sea deliberadamente cruel. En la naturaleza no todos los sistemas nerviosos son idénticos, pero la voluntad de vivir sí es común a todos, merced a un tipo de conciencia que los seres humanos desconocen... aunque quizás es muy afín por su grado de percepción, ¿quién sabe? Ciertamente no los científicos, cazadores o pescadores insensibles.


Como Piscis, junto con Escorpión y Sagitario, está inseparablemente ligado, desde el punto de vista astrológico, a la "religión" (o, para decirlo con más precisión, a la verdad espiritual), este capítulo dedicado a Piscis es el lugar ideal para recordarle al lector que Jesús no era, como algunos creen erróneamente, un pescador. Jesús era carpintero, como su padre. En la realidad, no en la ficción, alejó a la mayoría de sus discípulos de la pesca, y les prometió convertirlos, en cambio en "pescadores de hombres" (y también de mujeres, por supuesto, pero la Biblia está impregnada de machismo). El Nazareno no era ni remotamente machista, pero carecía de control sobre quiénes escribían acerca de él (especialmente sobre aquellos que alteraron las diversas crónicas de su apostolado en los siglos posteriores). Tal como lo confirman los asertos de los profetas -y los Rollos del Mar Muerto descubiertos y traducidos en época más reciente- Jesús no sólo estaba muy versado en astrología, sino que dijo: "No busquéis la ley en vuestras escrituras, porque la ley es vida, en tanto que la escritura está muerta. En verdad os digo, Moisés no recibió sus leyes de Dios por escrito, sino a través de la palabra viva".


Algunos manuscritos poco conocidos del Nuevo Testamento que descansan en la biblioteca del Vaticano, en Roma, también contienen textos que se remontan a los primeros siglos del cristianismo, con escritos que se refieren a palabras por lo demás inaccesibles de Jesús, como éstas: "Porque en verdad os digo, todo lo que vive sobre la tierra procede de una madre. Por tanto, quien mata, mata a su hermano. Y a ése le devolverá la espalda la Madre Terrenal, y lo apartará de sus pechos vivificantes... no matéis, ni comáis la carne de vuestra presa inocente... pues éste es el camino del sufrimiento, que conduce a la muerte. Pero respetad la voluntad de Dios, para que Sus ángeles os sirvan en el camino de la vida. Obedeced, pues, las palabras de Dios: ¡Mirad! Os he dado toda hierba portadora de semilla en la cual está el fruto de un árbol, productor de semilla; a vosotros os servirá en lugar de carne".


Llama la atención el cúmulo de verdades y sabiduría que está encerrado en la biblioteca del Vaticano, y que sin embargo no se esparce entre las multitudes cuyo espíritu está hambriento y sediento. Pero debemos agradecer que, por lo menos, se permita que los estudiosos inquietos tengan acceso a la verdad. Por esto la Iglesia Católica se merece una refulgente estrella de oro. Parece paradójico que enseñe falacias (entretejidas con verdades) al mismo tiempo que permite investigar la verdad silenciada. Pero en lugar de cuestionarla, agradezcámosle estas bienaventurazas, para que no nos las niegue.


La presunción de que Jesús -el mismo que inauguró la era de Piscis, la era del Pez- compartió banquetes de carne, incluida carne de pez, no es menos que una blasfemia cuando se la coteja con sus auténticas enseñanzas de amor y vida. Las historias falsas divulgadas a lo largo de los siglos por los "correctores" de Evangelio han profanado durante demasiado tiempo el mensaje del sencillo carpintero. Ciertamente la ética del Galileo no era menos virtuosa y compasiva que la de sus compañeros esenios, precisamente los mismos que lo "prepararon para su misión" (y cuyos propios documentos escritos no han sido tan manipulados y profanados), esenios estos que respetaban y practicaban patentemente la astrología... y que se oponían implacablemente al sacrificio y la ingestión de corderos, así como de peces y de toda carne.


En el Edén no se derramaba sangre. El hombre sólo se convirtió en carnívoro más tarde... "y el temor y el miedo de vosotros estarán sobre todo animal de la tierra... y en todos los peces del mar". Y el temor de vosotras. De las mujeres carnívoras. Esta verdad tonante aún repercute en las voces débiles y afligidas de las ballenas, los delfines, las crías de foca, los zorros y los venados... si uno las escucha con el corazón guiado por Neptuno. El carpintero vino (y volverá, inesperadamente pronto) a enseñarnos la manera de reconquistar nuestra humanidad perdida, la manera de volver a aquella Edad de Oro en que... "no afligirán, ni harán mal en todo mi santo monte"... y esta vez, nuevamente, mansamente... y quizás como antes, casi desapercibido, intentará despertar otra vez, en la nueva Edad de Oro de Acuario, la conciencia de que "hágase tu voluntad, como en el Cielo, así también en la Tierra".


Una norma bastante sencilla de veracidad y bondad para aquellos Piscis que deseen atenerse a las auténticas enseñanzas del carpintero -y no a las deformaciones de su mensaje- en razón de lo cual esta vez él los reconocerá, agradecido, es la siguiente: evitad comer la carne de vuestros hermanos y hermanas animales, que engendran sus propias crías... o de cualquier criatura que tenga ojos para miraros. Tal como lo señaló Upton Ewing, el apóstol de la Nueva Era, de ojos claros y mente clara, el retorno a la condición en que se desarrollaba la Vida antes de que la primera sangre fuera derramada en el Edén, cuando los hombres y las mujeres y todas las criaturas vivientes se alimentaban pacíficamente con los frutos del suelo... proclamaría en verdad un año aceptable para el Señor.


No sé si la precedente disertación fiel-a-la-esencia-del-signo-solar-Piscis ha plantado o no de alguna manera las semillas para que un día cercano se mitigue el triste Karma del pez símbolo de Piscis y de todas las criaturas que viven en nuestros mares... aunque espero que haya proyectado un pequeño rayo de luz. Pero sé que indudablemente está destinada a fastidiar a muchos pescadores, algunos de los cuales son parientes muy próximos, en tanto que otros son queridos amigos míos, y seres humanos realmente maravillosos. Lo lamento sinceramente. Pero éste no es un libro que se proponga andar con tacto por miedo a ofender. En vista de la creciente matanza de generalizada de nuestros amigos animales de los bosques, los mares y el aire, incluso mediante la tortura y los horrores de la vivisección, ya no queda tiempo para ser amables. Es hora de enfrentar el hecho de que la compasión se está degenerando, en todos los niveles.


Si el hombre y la mujer no escuchan pronto la música de sus propias almas, y si no vuelven los ojos hacia la recordada Luz del Edén, habrá en la Tierra una época en que toda la música se estancará en pozos de silencio absoluto, y en que no se verá nada más que la oscuridad total. Las sombras se estiran, y esa época se aproxima tanto que el tiempo disponible hay que medirlo ya no en siglos, sino en años. Ésta es la hora en que debemos ser honestos con nosotros mismos y enfrentar la verdad, en lugar de evadirnos... en que debemos elevarnos en lugar de seguir hundiéndonos en las sombras, espesadas por la crueldad. Los asesinos son asesinos, lo comprendan o no en su estado actual de conciencia... y el hecho de que se autodenominen "deportistas" no cambia la Ley Universal.


A veces se puede susurrar la verdad afablemente, y otras veces es necesario proclamarla en un tono más estentóreo. Pero nunca se la puede ocultar. Es antinatural que se oculte la verdad eternamente, sobre todo cuando un "Carnero destinado al sacrificio" escribe sobre los "Peces perseguidos". (Para obtener una información más detallada acerca de los diversos temas, que podrían definirse como "polémicos", contenidos en las páginas de las setenta y ocho combinaciones de estos Signos del Zodíaco y el Amor, véase la lista de libros recomendados que sigue a este capítulo, bajo el encabezamiento de "Para la marcha del peregrino".)


Gracias a la herencia mística de los peces de la Naturaleza, que simbolizan la naturaleza interior de los Piscis (así como la naturaleza interior de los doce signos solares se puede encontrar dentro de sus respectivos símbolos), los regidos por Neptuno no se sienten impulsados a buscar agresivamente su propia gloria. Si por así decir, la gloria resuelve posarse espontáneamente sobre ellos, se resignarán a lucir su manto, incómodamente, en el mejor de los casos. El Piscis típico nunca correrá entusiasmado en pos de la fama. Simplemente la soportará, como si fuera otra de las muchas cargas de la vida. Por ejemplo, tampoco la actriz Piscis Elizabeth Taylor la buscó voluntariamente (entonces o ahora), como ella es la primera en proclamar, confesar y admitir francamente.


Esta humildad es un delicado rasgo espiritual, pero como en todas las vibraciones de la configuración 1-1 las cualidades del signo solar se intensifican y a veces se desequilibran, los miembros de la doble asociación Piscis deben cuidar que esta virtud normalmente admirable, exagerada cuando coexisten al unísono bajo la influencia de Neptuno, no los induzca a perder toda iniciativa para participar activamente en el curso de la vida. Este mundo degradado, colmado, necesita urgentemente sus aportes creativos y de otro tipo.


Cualesquiera que sean las otras posiciones planetarias de sus cartas natales, dos Piscis colocados en estrecho contacto nunca dejarán de captar la asombrosa profundidad del canal de percepción extrasensorial que los une. Para ilustrar este místico vínculo neptuniano de percepción extrasensorial entre los Piscis, compartiré con vosotros su manifestación entre Ruth Cook, mi vecina Piscis y amiga íntima de Cripple Creek, Colorado y su hijo Mike, que también es un signo solar Piscis.


Cuando Mike era adolescente, y a veces llegaba tarde a casa por la noche (como todos los jóvenes, ya vivan en un pueblecito de las alturas de las Montañas Rocosas, o en una gran ciudad), porque estaba atrapado por la emoción de los diversos entretenimientos de su grupo local de camaradas, ya se tratara de jugar al baloncesto, de jugar al billar, de practicar montañismo, o de lo que fuera... Ruth se preocupaba. No mucho, porque era una chica Pez típicamente sosegada, pero se preocupaba. Como en aquella época, ella y su marido, Lowell, no tenían teléfono, no podía comunicarse con Mike. No por medios electrónicos, quiero decir. Pero estos problemas de comunicación se resuelven fácilmente, entre dos Peces.


La Piscis Ruth se limitaba a sentarse en una silla en la sala, cerraba los ojos, y meditaba silenciosamente, imaginando el rostro de su hijo y enviándole el mensaje telepático: "Mike, es demasiado tarde para que estés fuera en época de estudios, y estoy preocupada por ti. Vuelve a casa inmediatamente".


Esto ocurrió repetidamente, una y otra vez. Cualquiera que fuese el lugar donde se hallaba, cualquiera que fuese la actividad que estuviera desarrollando, su hijo Piscis siempre callaba bruscamente, en medio de una conversación con sus amigos, y sus ojos se velaban con una expresión ausente (lo cual resultaba un poco más que extraño en algunas de las noches en que recibía el mensaje telepático materno cuando se hallaba frotando con tiza el taco de billar en el Cottage Inn, mientras la orquesta tocaba estridentemente una popular melodía de Norbie Larson). Finalmente murmuraba, como si estuviera en trance: "Escuchad... esto, creo que mamá me necesita para algo. Os veré luego". Entonces salía, corría a casa, abría la puerta, y él y su madre intercambiaban una ancha y sagaz sonrisa de Neptuno, mientras ella comentaba en voz baja: “Bueno, era hora de que volviese”.


Esta magia de Piscis operaba entre ellos en cinco minutos, o menos. Ahora que Mike está casado y vive en Denver, Ruth tarda un poco más en telegrafiarle para pedirle que le telefonee. Digamos unos diez minutos. Así la mujer Pez ahorra mucho dinero en la factura de teléfono. Y el sistema es más rápido que el suministrado por la Western Union, y ciertamente mucho más veloz que la actual distribución a paso de tortuga del Correo de los Estados Unidos.


Hay que señalar que no todo es dulzura y serenidad entre dos personas regidas por Neptuno. Si una tiene un signo lunar adverso, como Géminis o Sagitario, puede abrirse un abismo difícil de salvar. Esta incompatibilidad luminaria entre sus respectivos soles y lunas puede envolverlos en sus remolinos, y hacer que se enfríen ocasionalmente en una atmósfera de acusaciones silenciosas (las peores), hosca indiferencia o respuestas engañosas. Pero cuando la Luna de uno de ellos se deposita en un signo elemento Agua o del elemento Tierra, la armonía de su relación será generalmente notable y extraordinaria… lo mismo que su telepatía mutua.


Ambos Peces comprenden las cruces que los regidos por Neptuno están condenados a cargar, como por ejemplo la actitud injusta de las personas con otras motivaciones, que están exageradamente ansiosas por acusar al Pez de ser taimado, o de mentir. Esto es producto del contraste a veces extremo entre las intenciones idealistas y altruistas de Piscis… y los medios tortuosos y embrollados que emplea ocasionalmente para alcanzar la meta anhelada. No todos los Piscis, pero sí muchos, son culpables de tener un hábito frustrante en virtud del cual eluden la verdad total, en mayor o menor medida, pero sólo la razón subyacente es la misma que se oculta detrás de todas las actitudes y de todos los actos de Piscis: el deseo de evitar los enfrentamientos lacerantes, que no sirven para nada y que sólo hieren innecesariamente.


Los Peces evitan las escenas emocionales tempestuosas y las vendettas personales desagradables. Prefieren mentir por omisión con tal de no lastimar… o ser lastimados. Sin embargo, normalmente es probable que un Pez sea más veraz con otro Pez que con cualquiera de los restantes signos solares, quizá porque ambos comprenden que sería inútil que intentaran engañarse el uno al otro. Por consiguiente, dos Peces dirán a menudo la verdad cabal, por muy desagradable que ésta sea, cuando la discusión se desarrolla entre ellos dos solos. Veréis, ambos pueden confiar en que ninguno de los dos provocará una escena vociferante, lacerante, chocante.


No obstante sus virtudes de humidad, paciencia y generosidad, dos Piscis no son exageradamente demostrativos a la hora de manifestarse recíprocamente su respeto, su consideración o su afecto. Es posible que la comprensión y la compenetración fluyan libremente entre ellos, pero no siempre se expresan por medios visibles, tangibles, de modo que ambos deberán controlar esta característica de ser “fríos como pescados”, que cada uno proyecta y reconoce fácilmente en el otro… pero rara vez en sí mismo.


La naturaleza de Piscis contiene un rasgo hermoso que dos Peces pueden ampliar cuando están juntos, en beneficio de ellos mismos y de todos nosotros, que tanto necesitamos de su apacible sosiego y de su oído comprensivo y atento. Tienen el raro don de aceptar a las personas y las situaciones negativas o engorrosas –incluidos sus propios problemas mutuos- con una especie de mansa resignación. Ambos comprenden que sus debilidades humanas (y las de los demás) siempre están entrelazadas, de alguna manera, con la buena intención… y Neptuno les susurra suavemente que el mal se robustece cuando le opones resistencia. La aptitud de Piscis para encogerse complacientemente de hombros cuando las cosas salen mal, para no hacer una montaña de un grano de arena, para no provocar una tormenta en un vaso de agua, o para no cortar el tallo de la planta de alubias sin ningún motivo… de manera tal que el sastrecillo se estrelle contra el suelo… es algo estupendo. ¿Así que en lo alto de la planta de alubias a la que se refiere el cuento infantil hay un gigante? ¿Y qué? Un gigante no tiene ningún poder sobre “cuatro” Peces que pueden, los dos juntos, hechizarlo y convertirlo en una dócil criatura que los invitará a su castillo para que lo oigan interpretar y cantar alegres melodías de titanes.


Ésta es la fórmula mágica de Piscis, Amor y misericordia. Siempre da buenos resultados… y mucho más cuando los Peces se la derraman el uno sobre el otro, junto con unas pocas rociaduras del maravilloso humor de Neptuno que permite que los Peces típicos se rían de sí mismos, sin que el lastre del falso orgullo reprima sus risas. Éste es un talento que pocos poseen, y que forma parte del gran tesoro áureo de quienes tal vez parecen ser “los últimos con lo menos… aunque nacieron con una plétora de sabiduría y generosamente dotados con la fabulosa fortuna del instinto que les permite hallar riquezas sin buscarlas. ¡El mismísimo rey Midas habría envidiado esta suerte!


Mujer PISCIS Hombre PISCIS







-Oh, no, no es adulto- le aseguró Wendy confiadamente-, y tiene
justo mi talla.


Lo que quería decir era que tenía su talla intelectual y física. No sabía
cómo lo sabía. Sencillamente lo sabía.


En la atmósfera a veces serena y plácida, a veces agitada y tumultuosa del Bronx de Nueva York, flota apaciblemente la más amada, simpática, vivaz, sabia y paciente chica Pez de este o de cualquier otro océano. Se llama Pauline Hoffenberg Goodman.


Cualquier mujer Piscis que imite los modales cautivantes de la menuda Pauline, puede contar con que atraerá a su chico Pez a la red del romance sin la menor dificultad. Pauline es el paradigma de la gracia, el humor y el encanto femenino de Piscis… y el asesoramiento astrológico suministrado en estas páginas a las damas Piscis refleja su instinto personal, inequívoco, para entretejer delicadamente estas sutiles gamas de Neptuno que convierten a la mujer Piscis en el ideal secreto de todo Pez macho del mundo. Además, es una cocinera deliciosa y deleitable. ¿Qué más podría pedir un soñador hombre Piscis? ¿Poesía? Pauline también es poética… y bella como un geranio rosado.

En realidad, toda chica Pez posee una dosis satisfactoria de las cualidades, rasgos y talentos de Pauline Hoffenberg Goodman, así que no es raro que el hombre Piscis enamorado de una dama de Neptuno sienta que por fin ha logrado dejar atrás todos los peligrosos anzuelos acechantes de las mujeres agresivas que pretenden arrastrarlo a tierra… y que ha llegado nadando a las aguas frescas y transparentes del tipo de amor que busca desde que lo desovaron cerca de la hermosa cascada de lágrimas que rememora inconscientemente. Recuerda haber pensado, cuando era un minúsculo alevín, que las lágrimas son elementos bellos, con prismas de cristal y tonos irisados, cuando el Sol brilla a través de ellas. Después creció, y en una refulgente, milagrosa y multifacética mañana descubrió, con un estremecimiento de alegría, la respuesta a su tierno enigma de alevín. De pronto, comprendió que el amor era el rayo de sol que podía brillar a través de las lágrimas de su pena silenciosa... y transmutarlas en rutilantes espectros de luz.


Los recuerdos que la chica Pez tiene de la cascada son idénticos a los de él. Ella también rememora la ansiedad de su propia génesis, cuando un sueño indescriptiblemente bello flotaba mansamente sobre su corazón como una bruma... prometiendo vagamente un mañana tan libre y hechizado como el Edén olvidado de ayer. Durante toda su vida se ha preguntado, secreta y silenciosamente, si ese sueño fue real... o sólo un fragmento imaginario de dicha y serenidad. Esperó callada y pacientemente que reapareciera, que se manifestara del seno de la memoria... y las ocasiones en que se desilusionó, precisamente cuando pensaba que volvería a embargarle el corazón, fueron incontables.


Entonces miró al fondo de los ojos de él... y maravilla de maravillas. Vio reflejado allí su sueño, como en el sereno estanque de un bosque verde perfumado de pino...sonriéndole con una deliciosa demostración de que la reconocía. Ella se vio en los ojos de él, así como él se vio en los de ella.


Sería divino poder poner punto final aquí con la habitual conclusión de los cuentos de hadas: "y-vivieron-eternamente-felices". Pero eso no está permitido. Antes hay que atravesar la Selva Negra y combatir con todos esos dragones, brujas, feos escuerzos y los increíbles Hulk que acechan y se agazapan en las lagunas, esperando el momento de capturar a estos amantes Piscis, para luego desapararlos y dejarlos caer en el pozo terrible de la soledad: ¡SPLASH!


Aborrezco pasar de lo poético a lo prosaico (como lo aborrecen todos los Peces del mundo), pero debemos abordar los aspectos más mundanos de la compatibildad de Neptuno antes de poder disfrutar de la satisfacción de resolver el enigma del tierno alevín.


Como les sucede a los otros amantes de la duplicada configuración de signos solares 1-1, dos personas regidas por el mismo planeta (en este caso, claro está, Neptuno) deben enfrentar el aumento y la intensificación seguros de los aspectos positivos y negativos de sus propias personalidades. En el caso de la pareja Piscis-Piscis, las cualidades positivas que comparte, y que por tanto les resultará fácil multiplicar juntos, son: la dulzura, la sensibilidad, la imaginación, la creatividad, la compasión, la percepción, y mucha sagacidad e ingenio... más el sentido común necesario para no cruzarse el uno en la luz... o en la sombra, del otro.


Las malezas negativas de Piscis que deberán recortar (y quizás incluso triturar) para que no sofoquen y estrangulen las bellas flores de su romance, son: la exagerada tendencia a soñar despiertos, la desidia, la pereza, la confusión, el desorden y el caos, la remolonería, los temores, las fobias y diversas formas de neurosis, la tentación de mentir... y el extraño hábito de convertirse el uno en el felpudo del otro, hábito éste en el que pueden caer.


Ciertamente, estos dos tienen que combatir a una cantidad apreciable de dragones, renacuajos, brujas y entes por el estilo mientras atraviesan temblando el bosque oscuro, ¿no os parece? No importa. Disponen de toda clase de sortilegios para alejar a los trasgos que amenazan su dicha. Y como todos saben (o deberían saber), incluso los duendes más TERRIBLES le tienen pánico a la magia.


Las angustias particulares de Piscis también se duplican (incluso se cuadruplican, dado que entre los dos suman "cuatro" Peces) cuando estos dos se zambullen en una relación emocional. Si uno de ellos tiene un fuerte signo lunar o ascendente, preferentemente en el elemento Tierra, él o ella puede ser un verdadero puntal de estabilidad para el otro. (Un signo lunar o ascendente en el elemento Agua es excelente para la armonía, pero ahora hablamos de la estabilidad protectora). Sin este apoyo de sus respectivas luminarias y ascendentes a la hora del nacimiento, estos dos corren peligro de alarmarse con temores quiméricos... o de deslizarse despreocupadamente por un amorío o un matrimonio que es demasiado frágil para ser perdurable.


Hay Piscis que le temen a su propia sombra. Hay otros (llamados "Ballenas") que no temen a nadie, sea hombre o bestia. Por lo menos, esto es lo que alegan. Siempre es bueno recordar que no en todos los casos lo que Piscis dice es necesariamente lo que Piscis piensa. Algunos Peces se temen a sí mismos, en lugar de temer a las circunstancias o las personas ajenas. Por eso nunca toman la iniciativa y pierden oportunidades para todo lo que realmente desean hacer. También tenemos a los Peces tipo Delfín, juguetones, sensibles y absolutamente brillantes.


La naturaleza peculiarmente comprensiva de la mujer Piscis y del hombre Piscis puede determinar que sean hipersensibles para captar impresiones, a veces engañosas. Si la carta natal de uno de ellos contiene más planetas en Tierra que la del otro, es posible que el Piscis más "terrenal" acuse al menos práctico de negarse a enfrentar los hechos, y de mirar las cosas a través de cristales muy rosados, que no le permiten reconocer los peligros, porque toda situación potencialmente amenazadora parece estar bañada por un velo luminoso de hermosura, que no es más que una ilusión seductora. Éste es en verdad el germen de todos los temores y fobias de Neptuno: el recuerdo de haber visto cómo esa aureola se trocaba demasiado a menudo en una lúgubre nube de bruma gris. Sin embargo, uno de los dos Piscis que integran esta relación podría aferrarse a la "ilusión", convencido de que es más auténtica que lo que parece ser la verdad... y con sorprendente frecuencia incluso probará que lo es, merced a la pura tenacidad de su fe. Esto, cuando sucede, recibe el nombre de milagro. No es casual que tantos santos hayan nacido bajo el signo del Pez.


Es posible que él o ella sea un Pez que nada en dirección equivocada, comportándose como si la vida misma fuera un sueño, y éste es un exceso de ficción neptuniana para el otro. O es posible que uno de ellos sea un Piscis tipo Ballena, que se burla de lo esotérico, que se desentiende de toda verdad espiritual, y que es bullicioso, locuaz, autoritario y agresivo. Cuando dichos Piscis Ballena se comportan de esta manera, diametralmente opuesta a las cualidades naturales de su signo solar, nos encontramos, como he dicho en otros pasajes de este libro, ante el síntoma de una forma de neurosis del corazón, la mente o el alma. Un Carnero tímido, un Toro impulsivo, un Cangrejo negligente y despreocupado, así como una Ballena impetuosa, marcadamente extrovertida, son todos seres interiormente desdichados, que reniegan de su propia esencia.


Entre paréntesis, cuando suprimís de la palabra "esencia" la letra "c" de Cristo, os queda la palabra "esenia"... nombre de la secta metafísica que educó a Jesús, el hombre, en lo alto de las montañas, durante sus "años perdidos" (que fueron dieciocho), años en los que realizó actividades que las lecturas no mencionan. Estos son los juegos de palabras que se complacen en practicar los Piscis. Pero volviendo apaciblemente al tema, es natural que un capricorniano sea juicioso y estable, pero no que lo sea un Piscis. Cada signo debe hacer lo que le aflora naturalmente, en general, para lograr la armonía en cada encarnación, mediante el correcto aprendizaje de las lecciones del signo bajo el cual nació.


La mitad masculina o femenina de este equipo de Neptuno puede ser una Ballena dominante o un Pez amargado, que ha visto demasiados elementos desagradables de la vida, y que se ha refugiado en la promiscuidad romántica o en los comentarios caústicos, para ocultar un corazón destrozado, producto de su fe pulverizada. Se necesita infinita paciencia para rescatar a esta Ballena -o a este Pez- que se revuelca en las aguas tenebrosas del desencanto, y que nada aguas arriba, contra la verdadera corriente de la experiencia de Piscis.


La mujer Piscis posee los requisitos necesarios para atraer a un Pez macho a la red del amor y retenerlo allí. Capta intuitivamente que a él no le gusta que hurguen en sus pensamientos íntimos. Una consorte autoritaria nunca podría conservar a este hombre, y la chica Pez, si es una Piscis típica, es sumisa sin ser masoquista. Es inteligente, incluso sabia, pero al mismo tiempo suficientemente vulnerable como para activar el sentimiento protector masculino que él lleva encerrado dentro, y que tanto necesita cultivar. A la inversa, ella necesita un compañero que sea suficientemente tierno como para tratar con consideración sus propios sentimientos hipersensibles, y esto es algo que nadie puede hacer mejor que un hombre Piscis.


Pocas veces su unión física será exageradamente apasionada y perentoria, pero tampoco todos necesitan las emociones salvajes de la jungla noche tras noche. En verdad, la experiencia sexual entre dos Piscis puede ser profundamente íntima, en el auténtico sentido de la intimidad. Pueden refugiarse en su amor masculino-femenino huyendo de la sordidez tenebrosa, tétrica y terrenal del mundo material que los rodea, así como los peces de la Naturaleza huyen de las ensenadas y bahías estancadas hacia el océano fresco y verde, que centellea a la luz del sol, y que acaricia la playa con olas suaves, espumosas, bajo la luz de la luna. La sexualidad entre estos dos puede ser precisamente así: limpia, fresca, libre... y continuamente rebosante de la poesía mística del romance. Los caballeros de la época medieval y sus bellas damas debieron de conocer una parecida expresión física de su amor.


Si una mujer Piscis observa que el hombre Pez se siente un poco insatisfecho y desdichado con su trabajo, que está abatido en el hogar, y que parece cada vez más reservado, retraído y frío... es posible que procure escuchar más atentamente su canción de soledad. Si lo intenta, es la mujer más indicada para explicarle a él la letra, porque rara vez los Piscis son autoanalíticos, no obstante, su capacidad intuitiva para captar los sentimientos ajenos. Él nació bajo las vibraciones de Neptuno, y por tanto sabe instintivamente que el hombre es un espíritu, que tiene un alma... y esto es lo que anhela reconquistar: ¡su alma! Su ensueño secreto consiste en escalar montañas, nadar por los ríos, trepar a los árboles, corretear por la hierba bajo la lluvia, descalzo, sin zapatos, y en vivir sus noches y sus días libre de la carga de los bienes materiales, libre de las restricciones que imponen las normas hipócritas de la sociedad. El hombre Piscis es en el fondo del alma, como Francesco de Bernardone, de Asís, un mendigo espiritual, que anhela interiormente poder seguir el canto luminoso de la alondra, de los prados, cualquiera sea el lugar a donde lo lleve. Pero el mundo materialista de hoy no le permite confesar ni expresar sus deseos íntimos.


Si el hombre Pez no encuentra la forma de marchar agresivamente en pos de su auténtica meta, es posible que se ahogue en la frustración, y que a veces busque tristemente, con silenciosa desesperación, la forma de desahogar su desencanto, evadiéndose mediante la deambulación sin rumbo... mediante el alcohol o las drogas. Necesita una mujer comprensiva, que no lo inmovilice con las cadenas de sus temores... ni lo condene por la pasión de su espíritu.


En cuanto a la chica Pez, sus humores cambiantes y sus llantos esporádicos y sus llantos esporádicos, así como sus largos períodos de silencio… significan casi siempre que ella también desea poder abandonar, junto con él, el acuario restrictivo de su existencia para nadar hacia ámbitos más vastos de portentos y emociones… para descansar un rato en mansos y serenos lagos de placidez… y para seguir viajando luego hacia los misterios que los convocan desde allende los horizontes lejanos. Aunque es paciente, la mujer Piscis se harta de leer las aventuras de quienes se han atrevido a desprenderse de la responsabilidad y a correr en pos de los vientos más huracanados que soplan allá lejos… se harta tanto que, después de un tiempo, incluso su voz, como la de la gaélica “Kathleen”, está “triste cada vez que habla”.

Lo único que ella busca es un ligero contacto con su mano, alguna señal, un brillo de respuesta en los ojos de su amante o marido Piscis, que le diga que él sabe… ¡oh, vaya si sabe!... con cuánta melancolía, y al mismo tiempo con cuánta urgencia, ella desea trocar la seguridad por libertad. Entonces podrán partir juntos, sea o no época de vacaciones. El insistente despertador de Neptuno está sonando, y les advierte a los dos que es hora de marchar en pos de sus sueños… ahora o nunca.

Ese es el momento en que deben salir corriendo y comprar un par de billetes rumbo a Irlanda, Escocia, Gales, Suiza o Tibet. ¿El dinero? Bastará que tengan fondos suficientes para el transporte. La Providencia les suministrará alimentos y albergue en las más diversas formas misteriosas e inesperadas, y es tan seguro que los ayudará como que ayuda a las aves del cielo y a los lirios del campo. Este hombre y esta mujer obsesionados por Neptuno lo saben mejor que nadie, pero tienden a olvidarlo de tiempo en tiempo, cuando dejan que la preocupación por el mañana los domine y los sofoque. Porque, cuando un hombre o una mujer Piscis se ajetrea en algo de lo que disfruta, los canales que conducen a la seguridad material se abren de par en par… como una ventana al futuro.

Cuando dos Peces se dan el gusto de vivir y amar libremente, pueden convertirse en dos Delfines, que retozan juntos, dichosa y sabiamente, en un clima de paz y satisfacción perfectas. Y habrá menos posibilidades de que los pescadores del mundo frío y duro, que agitan sus afilados anzuelos en el agua para coger desprevenidos a los Peces, tengan éxito. Podrán alertarse recíprocamente para eludir el señuelo tentador.

Pero si caen en hábitos rutinarios, y dejan pasar de largo todas sus doradas oportunidades… al cabo de un tiempo empezarán a engañarse mutuamente, a mezquinar la energía y el compromiso de la confrontación emocional, a replegarse cada vez más dentro de ellos mismos. ¿Sabéis lo que es esto? Esto es desidia. Y es un final muy triste para una historia de hadas. ¿Por qué dejar que triunfen los trasgos y los duendes? No es así como se resuelve el enigma del tierno alevín… ni como se aprende la letra de las canciones de amor de las ranas.




jueves, 23 de septiembre de 2010

Aries

ARIES, EL CARNERO





Del 21 de marzo al 20 de abril

-Me atrevo a decir que no has tenido mucha práctica -dijo la Reina.

- Vaya, si a veces he creído hasta seis cosas increíbles antes del desayuno.


Como reconocer a Aries




No acostumbran recordar las simples reglas que
les han enseñado sus amigos: por ejemplo que un atizador
al rojo quema si no se suelta a tiempo; o que si uno se hace
un corte muy profundo en el dedo con un cuchillo, por lo
general sangra.

¿Se ha encontrado últimamente el lector con una persona excepcionalmente amistosa, de modales enérgicos, firme en el apretón de manos y pronta en la sonrisa? Pues prepárese para una de esas danzas en el corro que le dejan a uno mareado. Lo más probable es que acabe de ser adoptado por un Aries. Y muy especialmente si advirtió que le resultaba un poco difícil llevar la voz cantante en la conversación.

¿Está dedicado a alguna causa idealista y defiende coléricamente a los débiles? Es característico. Hombres o mujeres, son personas que lucharán sin vacilación contra lo que les parece una injusticia, y que no se avergüenzan de expresar sus opiniones. El Carnero contestará con igual energía a un policía de tráfico o a un gangster armado, si cualquiera de ellos le molesta. Es probable que después lo lamente, pero en el ardor del momento no habrá cautela capaz de detenerlo. La gente de Marte va directamente al grano, sin vacilaciones.

Aries es el primer signo del zodíaco. Representa el nacimiento, como Piscis representa la muerte y la conciencia del alma. El Carnero no es consciente más que de sí mismo. Es el infante del zodíaco, el bebé recién nacido, totalmente absorbido por los dedos de sus pies y de sus manos. Sus necesidades son lo primero. A un bebé no le importa si sus padres o los vecinos duermen o no. Cuando tiene hambre o está mojado anuncia vociferante su incomodidad. Quiere que le den el biberón o le cambien los pañales ahora, y nada de demoras. Si un Aries tiene una idea o algo que quiere apartar de su mente, no tendrá el menor resquemor en llamarle a uno a las cuatro de la mañana. ¿Por qué no ha de estar todo el mundo despierto para escucharle? Si él está despierto, y es eso lo único que cuenta. Quiere algo, y lo consigue. Como al bebé, a Aries el mundo le preocupa sólo en la medida en que se relaciona con él. Pero, ¿se puede decir que un bebé es realmente egoísta? Si siempre está dispuesto a prodigar sus sonrisas y sus favores a quienes satisfacen sus exigencias. Es difícil resistirse a un bebé, hasta tal punto es inconsciente de estar causando el menor inconveniente a nadie. Lo mismo pasa con el Carnero. Su inocencia le rodea por completo y suaviza su agresividad, de la misma manera que la inocencia del recién nacido atenúa su egocentrismo.

A esta ingenuidad que desarma se debe también que los Aries sean tan intrépidos. Hasta que se quema, el bebé no le tiene miedo a nada, ni a nadie. Y aún entonces, volverá confiadamente a hacer la prueba, una vez que se haya olvidado de la herida. No hay el menor rastro de astucia ni de superchería en el Carnero, que seguirá así durante toda la vida: creyendo siempre de todo corazón, cayendo siempre para volver a levantarse y hacer un nuevo intento. Todas las dudas que puedan surgirle por el camino, se disipan inmediatamente ante la primera persona que vuelve a ser bondadosa con él, del mismo modo que el bebé se olvida del dolor que le produjo el imperdible que accidentalmente se le clavó en la pierna, la próxima vez que le ponen talco.

El Carnero puede fantasear de aquí a mañana, y tejer los sueños más fabulosos, pero como mentiroso no vale un rábano. Lo que muestra a quien le mira es lo que es. Nada hay en él de complicado ni de oculto. Es tan vulnerable como el bebé, e igualmente desvalido. Cuando gente más fuerte y más madura se le impone o le saca algo, reacciona de la única manera que sabe: chillando y organizando un escándalo tal que los demás ceden, nada más que por tener paz. Aries no necesita de estrategias delicadas. Con la fuerza de sus pulmones y la determinación que surge de su interior le basta perfectamente para salirse con la suya. Y tal vez desvalido no sea la palabra justa.

Vulnerable, si... pero desvalido, de ningún modo.
El aspecto físico del Carnero es bien fácil de reconocer. Los Aries tienen rasgos decididos, habitualmente bien delimitados, raras veces blandos o borrosos. Las cejas, bien marcadas, suelen juntarse con el estrecho puente de la nariz hasta formar el signo del Carnero ( T ), tal vez para advertir a quien se le pueda ocurrir la tonta idea de intentar detenerle o someterle, que esos cuernos simbó1icos van en serio. Es posible encontrarle algún lunar o cicatriz en la cabeza o en la cara, es posible que el pelo tenga un tinte rojizo a la luz del sol y que el cutis sea más rubicundo de lo habitual. También es posible que en su presencia uno perciba chispas invisibles que se escapan en todas direcciones. Sus movimientos son por lo común rápidos y fáciles, armonizados con un proceso mental. Tanto los hombres como las mujeres de este signo tienen normalmente hombros anchos, y no es extraño que caminen con el cuerpo un poco inclinado hacia adelante, guiándose con la cabeza, por así decirlo, y casi siempre con mucha prisa. (Es frecuente que tengan prisa por derribar un edificio de ladrillos, aunque en la tarea se les estropeen los cuernos.) No es mucho lo que hay de gracioso en el Carnero, a no ser su tersa manera de resolver una crisis (que jamás deja de sorprender a la gente que subestima a las personas Aries). Son de estructura ósea delicada pero fuerte, y es raro que un Aries resbale y caiga. Su postura refleja una total confianza en sí mismo y en su yo. Si tropezamos con un Aries de hombros caídos, será probablemente del tipo ovejuno, que sufrió graves heridas en su ego durante la infancia. Si las heridas fueron profundas, le llevará algún tiempo recuperarse, pero algún día se enderezará, podéis contar con ello. Son gente a la que nada aplasta para siempre, y el fracaso menos todavía.

La persona regida por Marte le mirará a uno directamente a los ojos, con desenfadada limpieza y con una fe bastante conmovedora. ¿Acaso su interlocutor no es su amigo? ¿Acaso no gusta de él? ¿Cómo, no? Entonces empezarán las lágrimas, pero para dentro. Un Aries jamás mostrará su decepción en la superficie, si puede evitarlo. Si alguna vez se le ve llorar sin recato, es seguro que, de alguna manera, el dolor le ha llegado al alma. Los Aries prefieren caer muertos antes de mostrar debilidad... y entre ellos hay quienes, literalmente, corren el riesgo de lo primero por evitar lo segundo.

Es raro que un Carnero lance a su alrededor miradas nerviosas. Si lo hace, es que ya no le interesa seguir hablando con vosotros. Alguna otra cosa le ha llamado la atención y, por el momento, os ha olvidado, así como lo que estabais diciendo.
Pero no hay que ofenderse; basta con recordar al bebé y sus deditos.

Un Aries estará indudablemente en los primeros lugares de la carrera que ha elegido, o dedicado a un negocio propio. En caso contrario, se le reconocerá fácilmente por el descontento que demuestra al verse forzado a someterse a otros. Se puede esperar de él una actitud liberal, una pródiga generosidad con el tiempo y con las cosas materiales, y un deseo notable de ser quien abra todas las marchas... con bombo y platillo. Pero no hay que esperar sutileza, tacto ni humildad. El Aries medio se hallaba detrás de la puerta mientras se hacía el reparto de estas cualidades. También anda un poco escaso de paciencia. En una cafetería será rápido para la crítica, si el camarero es fresco y el bocadillo no está bueno. Pero también es probable que, si le han servido bien, deje una propina innecesariamente elevada.

Aries es muy directo, por decirlo sin exagerar. A la naturaleza de los regidos por Marte le son totalmente ajenas la falacia y las desviaciones. Aunque la franqueza y una alentadora honradez configuran el sello distintivo del signo, no es buen negocio hacerle un préstamo a un Aries. Hay entre ellos quienes carecen de estabilidad y exhiben una falta de responsabilidad infantil. Incluso los que han llegado a madurar pueden olvidarse de las deudas en la omnipresente excitación del siempre nuevo desafío del momento, que acaparara totalmente su atención. Claro que terminarán por pagar sus cuentas alegremente y con la mejor disposición, pero es posible que cuando los alcance, el acreedor ya se haya quedado sin aliento.

Por más que Aries sea el incendiario que se abre paso en la vida con atrevimiento, iniciativa y espíritu de empresa, en su bravura hay un extraño lunar. Sin el menor rastro de miedo, hará frente al abominable hombre de las nieves o al monstruo de Frankenstein, pero no puede soportar el dolor físico. Nunca será un cobarde moral, pero puede portarse como un perfecto marica cuando algo le duele. Y el dentista no se cuenta entre sus preferidos.

Todos los Aries, en algún momento de su vida, mostrarán alguna forma de comportamiento temerario que les signifique sufrir heridas en la cabeza o en la cara. También son probables los cortes y quemaduras, y los dolores de cabeza, a veces tan intensos que pueden llegar a la jaqueca y que es posible se originen en infecciones renales. Será prudente que el Carnero haga de tripas corazón y visite regularmente al dentista, que se cuide la vista, vigile su dieta, se tome en serio los dolores de cabeza y se mantenga alejado del alcohol (no sólo porque es malo para los riñones, sino porque es muy combustible cuando se combina con el genio de Marte). Las erupciones cutáneas, los dolores en las rodillas y las molestias estomacales se encarnizan también con quienes nacen a fines de marzo y durante abril. La constitución del Aries es fuerte y recia, si no abusa de ella, como suele suceder, por no prestarle atenci6n. Cuando lo veáis confinado en cama, y casi sin habla, podéis estar seguros de que está realmente enfermo. Aun así, para mantenerle acostado es probable que se necesite un par de esposas. Es capaz de sobrevivir a fiebres que matarían a cualquier otro tipo de personas, muchas de las cuales son producidas por su obstinada tendencia marciana a seguir adelante en circunstancias adversas, en el momento inadecuado y con la gente inadecuada.

La colérica frustración que ello invariablemente genera es la verdadera causa de sus problemas de salud. Lo que enferma al Aries es su reacción ante el retraso, y lo que le mantendrá alejado del médico es el cultivo consciente de la paciencia y de la cautelosa deliberación. Por supuesto, él no seguirá el consejo, pero de todas maneras se las arreglará durante años para mantener lejos al médico, hasta que se desplome de agotamiento o hasta que llegue a una edad en que alcance mayor sensatez. No hay gran peligro de que un Aries se haga drogadicto. Normalmente, no tomará siquiera una píldora para dormir. Decididamente, prefiere quedarse despierto (por miedo de llegar a perderse algo).

A causa de su persistente optimismo, es raro que Aries (lo mismo que Leo y Sagitario, los otros dos signos de fuego) sea víctima de enfermedades crónicas y duraderas, que -según ha enseñado siempre la astrología y admite ahora la ciencia médica- se generan o se intensifican como consecuencia de la melancolía y del pesimismo. Los signos de fuego son más susceptibles a las fiebres altas, a las infecciones fulminantes, los ataques, la alta tensión sanguínea y las enfermedades agudas.

Dígase lo que se diga de su carácter impulsivo, rara vez se puede acusar de tristeza a los nativos de este signo. Aunque sean sembradas, las semillas de la depresión mueren rápidamente en el suelo de Aries. Pero los Aries se aferran a la preciosa idea de que nadie mas puede hacer nada con la eficiencia de ellos, y eso puede conducirles a mil desastres. Aries llevará a la práctica sus planes con arrojo y confianza, y pocas veces se dará cuenta de que está yendo más allá de sus fuerzas y buscándose una úlcera o un colapso nervioso. Al Aries nadie puede acusarle jamás de haraganería.

Dada la candidez de su naturaleza, son personas incapaces de poner en práctica las sutiles tretas de la estrategia. Cierto Aries a quien conozco bien, con su audaz y contagioso entusiasmo consiguió un ángel financiero dispuesto a respaldar una de sus originales ideas. Cuando el trato estaba a punto de cerrarse, y el Aries próximo a realizar sus sueños más caros, el ángel, 1ógicamente, sugirió que la operación fuera supervisada por un conocido experto. Nuestro Aries estaba segurísimo de que nadie podía llevarla a cabo tan bien como él y, temeroso de verse en situación de tener que aceptar órdenes de alguien, respondió rápidamente con la característica humildad del signo. Con un gesto de superioridad, agitó su cigarro en el aire y preguntó lisa y llanamente: “¿De qué manera quiere usted que le diga que no, deprisa o lentamente?”. Con igual celeridad, el ángel financiero le retiró su apoyo, y el pobre promotor Aries no tardó en convertirse en un caso grave de lepra comercial. Durante muchos meses de frustración, se encontró con que quienes antes le respaldaban sin reservas habían salido misteriosamente a almorzar o estaban en Europa cada vez que él los llamaba.

Un poco de tacto y de diplomacia podría haber evitado que su sueño se derrumbara, pero al Carnero medio le hacen falta muchos años para alcanzar el nivel de diplomacia de un Aries como Dean Rusk. La gente que ha llegado a la cima gracias a un esfuerzo duro y paciente ve 1ógicamente con malos ojos la agresividad de un Aries que piensa que él, con mucha menos experiencia, sabe mucho más. Sólo después de muchos fracasos desalentadores aprende el nativo de este signo a ser modesto y humilde. Pero, una vez que lo ha aprendido, es capaz de hacer que un proyecto rinda como un pozo de petró1eo, agregándole muchas ideas creativas y haciendo, de manera instintiva, las mejores jugadas. Sólo llega al liderazgo si empieza por respetar a quienes por su capacidad están por encima de él; pero el éxito, cuando llega, suele ser gigantesco e impresionante. Es frecuente -y resulta extraño- que los nativos de Aries creen mas riqueza para otros que para sí mismos. Son muchísimos los Aries que pagan alquiler durante la mayor parte de su vida, y es raro que lleguen a ser propietarios de su casa. A los de espíritu marciano no parece preocuparles que el dinero no esté ligado a ellos, quizá porque lo que ellos buscan no se encuentra necesariamente en el banco.

Por mas que el Aries arremeta hacia adelante con confianza, tenga poco en cuenta los sentimientos ajenos, y su actitud -especialmente cuando es joven- sea la de “primero yo”, también puede ser el mas calido y generoso de todos los signos solares. No es cruel; simplemente, cree con sinceridad que él puede hacer cualquier cosa mejor que cualquiera, y es psicológicamente incapaz de quedarse tranquilo mientras los demás chapucean y fracasan. Si se le da a elegir entre el dinero y la gloria, elegirá infaliblemente la gloria. Tiene tanto cariño por el dinero como cualquiera, pero aún quiere un poco más al elogio y a la fama. El Carnero tiende a tomar decisiones instantáneas sin autorización de sus superiores. En su discurso puede ser satírico, y cortante en la invectiva. La có1era de los Aries se desencadena con la velocidad del sonido, pero por lo general ha desaparecido antes de que su victima se haya enterado de que era lo que la provocaba, y la sonrisa infantil y grata no tarda en reaparecer. Uno no puede menos que acordarse de cierto Carnero impulsivo, llamado Nikita Kruschev, que en cierta ocasión, movido por una infantil pataleta, golpeó con un zapato sobre una mesa de las Naciones Unidas, a vista y paciencia del auditorio televisivo, y que el diablo se las aguantara. En ese momento no le hacían caso, y ¿que Aries tiene el mas mínimo tacto cuando no le hacen caso?
Y sin embargo, este mismo Aries se quedó realmente desconsolado al no poder disfrutar de las mágicas maravillas de Disneylandia.

A la gente de Marte se la acusa con frecuencia de tener un carácter terrible... y lo tienen. Pero también tienen una total incapacidad para mantener su ira durante mucho rato y, una vez que han pasado, sus agravios quedan por lo general enterrados y olvidados. A un Aries le duele y le sorprende que alguien recuerde aún las cosas crueles que él dijo, pero sin intención. Si tiene oportunidad, Aries le pedirá disculpas a su peor enemigo, no importa que amenaza directa pudo formular cuando era presa de la có1era. Quiere que lo acepten, aunque atolondrada y deliberadamente provoque el rechazo. Es raro que los Aries se enojen con las personas. Aunque tal vez recibas tú, lector, la lluvia de chispas, el fuego va en realidad dirigido contra una idea o una situación que le resulta intolerable.

El Carnero es capaz de intentar decir alguna mentirilla, si con eso puede pasar a primer plano o quedar a salvo alguno de sus caros ideales, pero la mayor parte de las veces no se vale de mentiras... por suerte, porque siempre le descubren. Su candor sin ambages es más rápido, y como lo que mas le interesa es llegar prontamente al grano, prefiere decir la verdad. No le queda tiempo para habladurías, ya que eso significa hablar de otros, y Aries está demasiado interesado en sí mismo para desperdiciar sus energías en conjeturas sobre los secretos, el comportamiento o los motivos de quien sea. Además, normalmente para él la gente es blanca o negra; los matices de gris no le atraen en absoluto. Sería erróneo, sin embargo, pensar que esto es prejuicio. Si en su carta natal hay fuertes influencias planetarias, la impulsiva desconsideración del Aries por los hechos puede asumir la forma de crueldad o de prejuicio, pero esto no se da con frecuencia. El Carnero típico se sentirá tan cómodo y se mostrará tan auténticamente afectuoso comiendo con reyes como con mendigos. Si se gana la reputación de prejuicioso, ello se debe a su tendencia a distribuir a la gente en dos campos diferentes -el de los amigos y el de los enemigos- y además, esperará que cualquiera, si es amigo de él, los clasifique de la misma manera.

Pese a su chocante desenvoltura, el Aries puede ser también el compendio de la gracia social. Es capaz de conversar durante horas, de manera fascinante, sobre temas de los que no sabe absolutamente nada. Hay mucho pulimento en la superficie para cubrir ese agresivo impulso marciano. La paciencia para el detalle no es su punto fuerte; el prefiere dejar a otros los aspectos secundarios y mezquinos de la estadística, y en eso es bastante sensato, ya que otros los abordarán con mucha mas eficiencia. A un nativo de este signo le exaspera restringirse a los hechos, porque las lecciones de ayer le importan un rábano, y mañana está demasiado lejos para preocuparse. Su residencia natural es hoy, a esta hora y en este minuto. El Aries se consume por completo en la acción del presente.

Realista, sin mengua de su decidido idealismo, no es fácil dar una descripción emocional de Aries. Nadie más puede exhibir un comportamiento tan recio y enérgico, pero también son pocos los que son capaces de su sentimentalismo, su ávida inocencia y fe en los milagros. La gente de Marte es literalmente incapaz de aceptar la derrota: ni siquiera la reconocen, aunque les esté mirando a la cara. En cuanto a los resultados finales de cualquier cosa, ya se trate del amor o de un partido de béisbol, son incurablemente optimistas. Muy hábiles en el combate cuerpo a cuerpo, los carneros se defienden mejor con la cabeza, es decir con la mente. Disfrutan al encontrar oposición porque eso representa un desafío, y son capaces de apartarse del camino para ir al encuentro de un obstáculo y superarlo mucho antes de que se les presente... y a menudo, cuando podrían haberlo enfrentado desde la dirección opuesta. Tampoco se quedan esperando a que el éxito les llueva; lo persiguen con furiosa obstinación, y por eso son tan pocos los Aries que se encuentran en las listas de quienes disfrutan de un gran bienestar.

La mayoría de la gente se agota con sólo pensar en la energía del Carnero. Pero los Aries también son capaces de mostrar calma, seriedad y prudencia cuando así lo deciden. Lo lamentable es que por lo general no lo deciden hasta que ha pasado la juventud y la madurez suaviza su áspero idealismo y la avidez de su prisa. No les resulta difícil ganarse la simpatía popular, pese a lo cual no son necesariamente buenos políticos.

Thomas Jefferson y Eugene McCarthy se cuentan entre las raras excepciones a la regla. La mayor parte de los Aries que se han lanzado a la carrera política han tenido una carrera relativamente breve o azarosa. En Estados Unidos no ha habido un presidente Aries desde John Tyler, en 1840. Para el Aries medio, la política resulta una actividad difícil. Por un lado, los Aries no son los mejores economistas del mundo.

Además, son impulsivos al hablar y no soportan los rodeos, dos características fatales para un político. La mayoría de los políticos esperan a ver que es lo que quiere el pueblo antes de dar a conocer su propia posición. El Aries medio tiene sus propias ideas de lo que necesita el pueblo, lo que éste realmente quiere no le interesa, y ya se ocupará él de que lo tengan, antes de lo que políticamente pudiera ser conveniente. Así y todo, es tan idealista que cuando se encuentra frente al público, enciende su imaginación y le hace volver a tener fe en sí mismo.

El fresco candor de Marte puede despejar el humo de las trastiendas políticas como si fuera una brisa.

Sin embargo, la mayoría de la gente de Aries tiene más éxito en los negocios o en las artes creativas, donde ellos son muy necesarios. Otros pueden destacarse en el desplazamiento de la estrategia. Gente con una mente más serena y mentalidad más práctica puede ser mejor para lograr una organización eficiente. Pero sin la acción directa, la energía y la originalidad del Carnero, el más deseable de los proyectos se vendría abajo o no conseguiría avanzar mucho.

Es posible encontrar algún Aries que sea tímido, pero jamás encontraréis uno que no tenga una posición bien definida. Es difícil expresar la propia individualidad, cuando uno está cerca de ellos. Aries es mucho más feliz cuando habla de sí mismo y de sus planes que de cualquier otra cosa o persona (excepción hecha del ser amado, cuando se encuentra inmerso en un romance). Una vez que alguien se ha ganado su interés -y tiene mucha suerte- el Aries le escuchará con atención, especialmente si las ideas de su interlocutor son interesantes y progresistas. Se sentirá encantado con el, y pondrá a su disposición tiempo, dinero, simpatía y lealtad. Si un amigo está en el hospital, es posible que Aries se olvide de enviarle una tarjeta, pero le buscará el hospital, lo llevará allí en su propio coche y 1o recomendará a su propio medico (que, naturalmente, será más eficiente que Pasteur). Cuando se decide a ayudarle a uno en una situación difícil, Aries no vacilará ante ningún esfuerzo.
Pero hay que demostrarle gratitud, eso si. Se sentirá profundamente herido, si es que no se enoja sin mas ni mas, al comprobar que no apreciáis sus agotadores esfuerzos, que van mucho mas allá de lo que requiere el deber y, probablemente, exceden también en mucho lo que vosotros queríais o necesitabais. Disfruta haciendo favores, y cuanto mayor es el gesto caritativo, mejor, pero el Carnero quiere que se le reconozca lo que ha hecho. Sin embargo, es probable que aunque no se le den las gracias, no se niegue a volver a ayudar. Su gran fe en sí mismo só1o encuentra parangón en su ingenua confianza en los demás, y por eso está casi constantemente desilusionado y quejándose de que alguien le ha traicionado. Claro que eso no le afecta durante mucho tiempo. Se rehace, se sacude el polvo, y no tarda en estar otra vez dispuesto para volver a quemarse, tras una típica orgía de depresión tan breve como violenta.

Aries da tal impresión de sinceridad que resulta sorprendente la decisión con la que defiende como si fuera un hecho algo que él sabe -o debería saber- que no es verdad. Acusadle de falta de honradez y se os quedará mirando atónito, bien abiertos sus cándidos ojos por el horror de que podáis dudar de él. Es capaz de vendarse los ojos y ponerse tapones en los oídos para excluir algo en lo que no quiere creer. Incluso cuando su posición es completamente insostenible, seguirá valientemente al pie del cañón, luchando con total convicción por la causa perdida. Pero también, en un momento de decisión rápida, puede cambiar de idea respecto de alguna opinión que uno habría considerado innata en él, y cuando esto sucede, se le hace imposible volver al punto de vista anterior, y hasta recordarlo siquiera. Su urgencia por arrojar el pasado al cesto de los papeles y seguir adelante a toda velocidad (una de las principales razones de su buena adaptación a los lugares y a la gente nuevos) le lleva a pensar que quienes intentan razonar con el están interfiriendo en su progreso. Entonces puede darse el caso de que arroje a los cuatro vientos el escaso tacto que posee. Los ultra conservadores, que pesan cada palabra y cada decisión, sacan de quicio a las almas de Marte, que pueden ser inequívocamente claros y significativos para comunicar su fastidio y su frustración. Así se comprende, pues, porque en ocasiones se hacen tan acérrimos enemigos de gente mayor y más prudente.

Aries tiene en su naturaleza una faceta de inocencia y de avidez, y una especie de fe ingenua, eterna y alegre, mezcladas con el fervor ciego del cruzado nato. Marte es de cuernos duros como el diamante, y difíciles de romper.

Es frecuente que lo vea todo rojo, pero cuando las chispas desaparecen, se vuelve tan alegre y amistoso como una margarita. Su metal es el hierro, y su fuerza indoblegable le da nueve veces mas vidas que a otros para vivir; nueve veces mas oportunidades de ganar la batalla. El fuego que consume su espíritu puede ser una antorcha llameante que ilumine el camino del valor para cualquiera capaz de reconocer su idealismo.

Es el que abre caminos, el que siempre lleva adelante a los otros hacia una meta imposible. Su fe, bella y férrea, es pura, sin asomo de aleación con la hipocresía y la codicia. Es raro que amase una fortuna, y si llega a hacerlo, no tendrá tiempo para detenerse a contarla. Podéis contar con su dinero, su ropa o su tiempo. Él siempre tiene algo que le sobra, por mas estrecho o pobre que pueda encontrarse momentáneamente. El Carnero sabe que el pan que se arroja a las aguas no sólo alimenta su yo y vuelve en mayor cantidad, sino que hace feliz a la gente, y esa es una de las cosas que mas le gustan en la vida.

Para Aries, los milagros son a dos centavos la docena, y si se os acaban, el os hará unos cuantos mas, envueltos en hermosos sueños de color escarlata.

Personalidades Aries famosas




Eugene McCarthy
Andrew Mellon
J. P. Morgan
Wayne Newton
Lily Pons
Joseph Pulitzer
Simone Signoret
Harold Stassen
Thomas Dewey
Bernard Gimbel
Harry Houdini
Henry James
Thomas Jefferson
George Jessel
Nikita Kruschev
Clare Boothe Luce
Leopold Stokowski
Gloria Swanson
Lowell Thomas
Arturo Toscanini
Peter Ustinov
Vicent van Gogh
Wernher von Braun
Tennessee Wiliams


El hombre Aries





Yo voy por mi camino, dijo,
y cuando encuentro un riachuelo en la montaña
le prendo fuego...

Así que de cualquier manera
entraré en el jardín,
y no me importa lo que suceda.

Ese ser que está allí haciendo una llamada telefónica, ¿es una dínamo cargada eléctricamente? ¿Es una antorcha flameante?
¿Es una explosión, un pájaro... o es Superman? Vaya, prácticamente si. Es un varón Aries, lo cual se le aproxima bastante.
Esperemos, lectora, que sepas lo que pretendes. Si es emoción, el hombre Aries te la ofrecerá a raudales, y rara vez un instante de aburrimiento atenuará el chisporroteo. Pero si lo que buscas es la seguridad y la satisfacción de un amor tranquilo, entonces te has equivocado de cabina telefónica.

Aries puede abrumarte en un minuto con su ardor apasionado, y al minuto siguiente mostrarse tan frío como un oso polar. Si le ofendes o pierdes su interés -o ambas cosas- esa naturaleza marciana, cálida e impulsiva, se helará al instante, y volver a encenderla puede significar tener que empezar todo desde el principio, desde el Acto I, Escena I.

Los hombres Aries rebosan ideas y energía creativa. Mantenerse a su altura puede ser agotador, pero vale más que lo hagas, mentalmente por lo menos. Es típico de Aries dejar atrás a las tortugas, sin volver la vista. Probablemente su aspecto y su manera de actuar sean mas juveniles que la primavera, lo cual puede ser encantador; pero es posible que esa aura de juventud persista en sus actitudes mentales y emocionales hasta que madure, cosa que no le sucede muy pronto en la vida. Aries es impaciente con los apocados, es audaz y confiado, va siempre por delante de los demás, y más de una vez por delante de sí mismo. Puede ser el espíritu de la generosidad y prodigar alegremente a los extraños su tiempo, su dinero, su simpatía y sus posesiones. Pero también puede ser, cuando la satisfacción de sus deseos se retrasa o cuando se ve obligado a frecuentar gente que no le responde, exasperantemente intolerante, desconsiderado, egoísta y exigente.

Cuando se trata de amor, su actitud desaprensiva es absolutamente pasmosa. Se zambullirá en una aventura, con la total seguridad de que es el único amor verdadero desde que el mundo es mundo, tal vez con la excepción de Romeo y Julieta. Si la relación se rompe, el juntará los pedazos y recurrirá a cualquier procedimiento para salvar el difunto romance. Si es irreparable, empezará todo de nuevo, con una nueva Julieta, lo mismo que la primerísima vez. Por mas errores sentimentales que haya cometido, el Carnero está seguro de que su verdadero amor, su alma gemela, está esperándole en el próximo sueno. Y a menos que tú seas una mujer de Escorpio, el Aries es tan apasionado como pudiera soñarlo cualquier mujer. No es mucho lo que deja por desear. Es tan idealista y susceptible al sentimiento que sabrá sacar el jugo a todos los cosquilleos, suspiros, éxtasis y poesía que sea posible exprimir de una relación.

Aries es incapaz de quedarse a mitad de camino. Se entrega todo entero al interés ardiente del momento.

Es posible que tengas que vértelas con uno de los más tranquilos y te parezca una oveja. Pero no te dejes engañar. De todas maneras, el que lo rige es Marte. ¿No habla demasiado? ¿No es manifiestamente exuberante e impulsivo? Bueno, yo también conozco uno de esos. Pero te doy mi palabra de que, si pudieras ver por dentro esa cabeza dura, descubrirías que los sesos le giran aproximadamente a doscientas revoluciones por segundo. Siempre que te encuentres con uno de esta clase, que a primera vista no parezca tener el típico impulso marciano, examina los archivos del negocio en que se ocupa, y no tardarás en convencerte de que se trata de Aries. Después, pregúntales a las chicas que han salido con el. Probablemente te responderán con una risita. “¿Él? ¿Falto de genio? ¿Tímido? Tú debes estar hablando de algún otro”. Después de un tiempo empezarás a ver clara la imagen. Ese aspecto sereno es la máscara de un corazón ardiente y de una inflexible capacidad comercial. Naturalmente, es más fácil enamorarse de uno de los Aries simples y directos, que no se privan de demostrar el entusiasmo que les despierta todo, desde las patatas fritas al automovilismo, sin olvidar los paseos a la luz de la luna.

No hay otro signo solar capaz de ser tan escrupulosamente fiel como Aries cuando está de veras enamorado. Por lo común, su honradez le impide cualquier engaño, y su idealismo le mantiene a salvo del deseo de engañar. No importa lo que digan los libros, la promiscuidad no es un hábito de Aries, ni siquiera los flirteos a la ligera, cuando se ha enamorado profundamente y de corazón. Lo que él busca es un romance de novela, y los romances de novela no admiten una actitud frívola respecto al amor y al sexo. Las otras chicas fueron antes que tú aparecieras. Conozco un Aries que con frecuencia inicia los comentarios referentes a su pasado, dirigidos a su amor actual, diciendo: “Eso fue antes de nosotros”.

Claro que hay que estar alerta por lo que pueda suceder porque, a pesar de su sinceridad en su actual devoción y en sus promesas de total lealtad (que, a no dudarlo, son absolutamente veraces), su necesidad de romance es tan intensa que es capaz de irse a buscar en otra parte si su pareja no mantiene constantemente vivas sus ilusiones. En el minuto en que permitas, lectora, que vuestro amor pierda el tinte novelesco, es posible que él se salga del camino recto. Y para que lo sepas sin lugar a duda, para él un amor novelesco excluye irse a acostar por la noche con una mujer que se ha untado el pecho con ungüento para la tos. También excluye ser testigo de detalles de tu intimidad personal, tales como pintarte las unas, cepillarte los dientes, teñirte el pelo para quedar mas rubia, arrancarte la piel quemada por el sol, recortarte la cutícula o discutir durante horas por teléfono con tu madre. Para su mentalidad, esa no es la forma en que se conducen las princesas en las novelas. Y Dios sabe que Julieta jamás se habría sentado con los pies sobre una mesita, a mascar chicle y ver la televisión. Perfúmate cuando él esté en casa, y charla con tus amigas cuando no esté. Se le hace difícil pensar que es el Príncipe Encantador si cuando te besa para despertarte tu le respondes con un ronquido o le dices: “Haz el favor de dejarme dormir, ¿quieres?”.
Y realmente, dime si es así como debió reaccionar la Bella Durmiente al despertar. De manera que cuídate de saludarle todas las mañanas sin aliento y con los ojos húmedos, recién salida de tus sueños, maravillada de encontrar su hermoso rostro. Y no dejes de hacérselo saber.

Cuando su pareja descuida los aspectos románticos, el varón Aries se queda en principio con el corazón destrozado. Después se enoja y va en busca de una princesa que no ronque ni haga ese tipo de cosas. Por lo que a él se refiere, no es ninguna falta de honradez. El no rompió ninguna promesa; la rompiste tú. Tú, que le hiciste pensar que eras un delicioso ruiseñor que canta a la luz de la luna, como dice su canción favorita. Y ahora ha descubierto que en realidad eres una ardilla parlanchina o un pajarraco fastidioso, y el impacto te arranca de su mundo celestial de coros angélicos y campanas que repican cada vez que él te toca la mano. ¿Cómo pueden repicar las campanas si tú tienes siempre las manos llenas de ceniceros para lavar, y cómo puede él oír los coros si tú le reprochas que dos noches seguidas ha llegado a casa después de medianoche? (Lo cual es cierto, claro, pero ¿quién eres tú para creer que puedes vigilar sus movimientos? El matrimonio no es una prisión, ni tú eres su guardiana: esa es la actitud de Aries.)

Si aprendes a abrir los ojos y a mirarle a través de una bruma, y todas esas cosas, se quedará muy feliz contigo, y por ti ignorará a todas las mujeres del mundo. Es muy improbable que el Carnero se complique físicamente con más de una mujer a la vez (a menos que en su carta natal tenga como ascendente Géminis, o alguna influencia de Venus). Sencillamente, eso no concuerda con su imagen de un amor verdadero y perdurable. La decisión de romper con el antiguo vínculo la tomará siempre antes de que el nuevo se haya tornado muy profundo. Y no te faltarán advertencias: es muy raro que un Aries pueda fingir una pasión que no siente. Con eso sólo, ya no es posible que el calibre del engaño sea muy grande. Además, ahora tú ya sabes que hacer para mantenerle dentro de las paginas de la novela.

Para retenerle, hay que ser una combinación de Grace Kelly, Ursula Andress, Marie Dressler, Madame Curie y la Reina Victoria, con un poquito de Clare Boothe Luce para matizar. No hay princesa que, por sí sola, pueda satisfacer su imagen ideal. Es toda una hazaña convencerle de que una es superior a todas las demás mujeres, pero quien lo logre hará de él un hombre impecablemente fiel. Y vale la pena intentarlo, porque así como Aries se zambulle de cabeza en un romance, también huye de él con la misma decisión. Es tan idealista como egoísta, lo que quiere decir que no soporta admitir que se ha equivocado, o que el amor que el eligió pueda morir. Así y todo, no hay que olvidar que para él pueden ser insoportables situaciones que otros considerarían normales. Después de una separación, si lo encuentras en un estado de ánimo adecuado, es posible reavivar el fuego del romance, pero para eso hay que actuar como si jamás hubiera existido intimidad alguna. Para ganarle habrá que jugar fuerte, porque le entusiasman los desafíos. Y si alguna vez surgen problemas, será mas fácil perdonarle un extravío si recuerdas que fue causado por un impulso repentino, después que su ruiseñor dejó de cantar a la luz de la luna, y no fruto de la búsqueda deliberada de una frívola aventura. En realidad, el adulterio resulta desagradable a la honradez de su naturaleza. No pongas en peligro el futuro. Ya que tienes la llave mágica de su corazón, úsala.

Y si se te ocurre la idea de jugar con él el juego del flirteo... descártala. Con Aries, probablemente tu primera indiscreción será la última. Un susurro o una mirada insinuante a otro hombre puede bastar para que le pierdas, y no hablemos de una infidelidad real. Él insiste en ser el primero en todo, y puedes apostar tu recuerdo mas querido a que eso incluye ser el primero en tu corazón. Aries es posesivo y extremadamente celoso. Solamente el varón de Leo es capaz de enfurecerse más que él ante la sola idea de una traición de su amada. Y lo que empeora las cosas, es que el Carnero jamás te concederá la fe ciega que espera de ti en asuntos de amor. Simplemente, tienes que entender que sus animadas conversaciones con otras mujeres son inocentes, porque él exige para el contacto social toda la libertad que le niega a su pareja, y mas aún. Tu amante marciano te colocará en un pedestal y esperará que permanezcas allí. No muevas ni un dedo, ni siquiera des la impresión de que tienes ganas de moverlo.

El hombre Aries es rebelde por naturaleza. Le encanta desafiar a la autoridad, y piensa que el nació mas vivo que todos los demás. Es posible que eso sea así, pero a la mayoría de la gente no le gusta que se lo digan. A consecuencia de su forma temeraria de imponer su superioridad, es posible que más de una vez se pele la frente. Como él necesita conducir y se niega a ir detrás, los que tienen mas poder que él le darán mas de una vez una lección de humildad. En esas ocasiones, tú sales ganando, porque a ti recurrirá en busca de consuelo y seguridad para su yo magullado. Entonces te darás cuenta de que su fachada confiada y agresiva oculta un complejo de inferioridad, pero el preferirá morir antes que admitirlo. La mujer que trate con suave y absoluta devoción su pulverizada confianza es la que cuenta con más posibilidades de conservar su afecto. Jamás cometas el error de estar de acuerdo con su momentáneo enemigo, ni de intentar ser justa y ver la otra cara de la situación conflictiva. Tú debes amar lo que él ama y odiar lo que él odia. En el amor y en la amistad, Aries exige la misma lealtad orgullosa e incondicional que él brinda. Es su código, y si no puedes ajustarte a él, búscate otro hombre.

En la naturaleza de Aries no hay lugar para tretas sutiles. No es nada difícil reconocer cuando, para un hombre de este signo, una relación se ha terminado. La frialdad y el aburrimiento en su voz y en sus modales serán inconfundibles, y generalmente irán acompañados de una sincera declaración que exprese las cosas con cristalina claridad. Por otra parte, una fogosa explosión de có1era es menos grave, y significa que su disgusto no es, probablemente, mas que un estado de animo pasajero y que el romance puede salvarse. Con los Aries, el hielo es más temible que el fuego.

A los hombres de Aries no les gustan los juegos. Aries enfoca las cosas de forma directa, tanto en el romance como en los negocios. Una vez que el amor ha sido reconocido, Aries no perderá un segundo, pero cuidado: deja que quien lo reconozca sea él. No le persigas, no le llames frecuentemente por teléfono, no le mires embelesada ni le declares tus sentimientos hasta estar del todo segura de que la pasión es recíproca. La manera más rápida de perderlo es tomar la iniciativa. En eso, como en todo, el líder tiene que ser él, y si no se lo permites, puede desinteresarse con una rapidez tal que te dejará tan atónita como aplastada. Sin embargo, cuando ya estéis comprometidos en firme, no te muestres demasiado indiferente, porque buscará en otra parte quien le preste atención. Con un Aries, el amor es como caminar por la cuerda floja entre un cálido interés y un desapego distraído. Tendrás que ser prácticamente una artista del trapecio. No corras tras el, pero tampoco le huyas. Cuélgate una mascota al cuello, búscate un trébol de cuatro hojas y pídele un deseo a la primera estrella. Con eso conseguirás tanto como con una estrategia metódica y formal, y probablemente mas. Incluso después que seas suya, tienes que mantenerle en suspenso. Al mismo tiempo, Aries necesita la seguridad de que tu amor sigue presente. Aprende a vivir así... o aprende a vivir sin Aries.

En cuanto a lo positivo, aunque tu amante Aries insista en ser el primero en la relación, será también el primero en decir que lo lamenta cuando hayáis reñido, y el primero en estar a tu lado cuando le necesites. Cuando estés enferma o triste, no se separará de ti. Para complacerte gastará el dinero con prodigalidad y buena disposición (si es un típico hijo de Marte). Te hará un cumplido por tu aspecto externo, apreciará tus capacidades y será un compañero mentalmente estimulante. Por más que pueda ser mandón y perder los estribos por una bagatela, rara vez dejará que el Sol se ponga sobre su ira, sin hacer las paces. Tú serás lo más importante de su vida, pero él espera que tú lo sepas, y espera recibir afecto y atención cuando está excitado por alguna idea nueva que se apoderó de su interés. Quiere ser él todo tu mundo, pero a diferencia de otros hombres, si tú eres su igual te dejará que compartas el suyo.

El varón Aries espera que la dama de sus sueños sea al mismo tiempo ultra femenina y desenvuelta. La quiere completamente independiente, pero dispuesta a marchar unos pasos detrás de él. Espera que le elogien y le demuestren devoción, pero sin entrar jamás en el papel de humilde esclava. ¿Todavía estás conmigo? Bueno, que muchacha tan valiente. Pero hay más. Aries es capaz de decir cosas amargamente crueles y sarcásticas cuando su yo está herido, cosas que él dice sin la menor intención, pero que a ti pueden destrozarte el corazón si no lo entiendes. Y después esperará que le perdones y que te olvides con la misma facilidad que él. Tendrán que gustarte todos sus amigos, aunque él se reserve el derecho de aburrirse con los tuyos, pero lo que querías era un hombre, ¿no? Y en tu compañero Aries sin duda lo has encontrado. Si eres una mujer de verdad, vuestro amor puede ser la envidia de todo el pueblo, como el de Romeo y Julieta (sin la tragedia, claro).

Una vez que te hayas casado con él, Aries será el dueño de la casa o se ira de ella. No aguanta que le molesten en público ni en privado, y mucho menos por la forma en que gasta su dinero. ¿Acaso no se lo gana él? ¿No es su dinero? (A veces, ese pronombre posesivo puede ampliarse hasta abarcar también el dinero que ganas tú.) Es posible que no sea capaz de equilibrar del todo el presupuesto -y es por pura bondad que lo digo con tanta delicadeza-, pero no intentes encargarte tú de ello, aunque toda la vida hayas sido un genio en matemáticas. Jamás quieras interferir en sus asuntos financieros. Es esencial que sea siempre él quien ajuste los cordones de la bolsa. Si es un Aries típico, será generoso con el dinero, y te dará todo lo que necesites. Podrás tener tu bolso de piel de víbora cuando él se haya comprado la cartera de cocodrilo.

Puede ser un poquito egoísta, pero jamás tacaño.)

Aunque pueda cambiar frecuentemente de trabajo hasta que llegue a ser su propio patrón, un Aries no te dejará morir de hambre. Encontrará manera de conseguir que el dinero siga llegando, por más que se vuelva a marchar con la misma rapidez. Será mejor que ahorres algunas monedas de las grandes en el cerdito de porcelana y le des la sorpresa cuando mas las necesite, porque no es probable que él ahorre mucho (a no ser que tenga algún elemento positivo, como la Luna en Capricornio o en Cáncer, o un ascendente que le predisponga a hacer economías).

Con cada bebé que tengáis, él se conducirá como el delicado y orgulloso papá de tus sueños. Es posible que mas adelante sea un poco mandón con los niños y trate de imponerles sus carreras. Será un padre tierno y maravillosamente divertido, pero es posible que haya que recordarle que los chicos necesitan de la independencia tanto como él. El de padre es, decididamente, un papel que a él le gusta. El béisbol, las charlas sobre aves y abejas, el fútbol, salir a cenar con su mujer, la serie completa. Pero no le des la impresión de que alguno de los pequeños es más importante que él para ti, porque entonces la cosa dejará de gustarle.

Una vez casados, la mujer de Aries puede seguir adelante con su carrera, si así lo desea. Lo más probable es que él no se ofenda, siempre y cuando su cónyuge no brille más que él. Es importante que recuerdes que le resulta más fácil perdonar las sopas de lata o las comidas congeladas que la falta de fe en sus ideas.

Estimula su independencia, pero procura doblegar -con tacto- su carácter impulsivo. El conductor debe ser él, porque si no, la vida no vale la pena. Su gran entusiasmo burbujeante puede morir una triste muerte si le echas un cubo de agua fría o, con una negativa, provocas un cortocircuito en su energía positiva. En el momento en que pierda su autoridad, en el trabajo o en casa, su estimulante optimismo se convertirá en sombrío descontento para acabar finalmente en un decidido desinterés. No está en su naturaleza someterse. Aries es hombre entre hombres, y su mujer jamás debe destruir su masculinidad, sin que ella pierda su individualidad tampoco. No intentes manejarlo, ni dejes que él te maneje. Un marido de signo Aries no aguantará que su mujer tenga todas las noches reuniones en el club, pero no tolerará tampoco una esposa que se pase todo el día en casa tejiendo manteles y cubrecamas. Se trata de alcanzar un término medio. Y si aciertas, piensa que algún día serás la única Julieta de pelo blanco en tu círculo, con un marido que seguirá poniéndose romántico cuando se hayan cumplido vuestras bodas de oro. Es todo un desafío, si eres romántica... y claro que lo eres, porque si no, para empezar, no te habrías metido con un Aries.

La mujer Aries




-¿Pero es que no vas corriendo a ayudarla? -preguntó Alicia.
-¡Es inútil, es inútil! -dijo el Rey-.
-Corre con tan tremenda rapidez que sería
como intentar dar caza a un Bandersnatch.

¿Con que estás enamorado de una muchacha Aries? Pues no sé si felicitarte o compadecerte.

Cuando Byron escribió que “el amor del hombre es cosa aparte de la vida del hombre; para la mujer es toda su existencia”, se olvidó de que había mujeres Aries. Una mujer Aries puede pensar que el amor es toda su existencia, pero está demasiado absorta en el mundo que la rodea, por no hablar de lo vitalmente absorta que está en sí misma, para que el amor sea realmente el comienzo y el final de su vida. Aries puede pasarse sin un hombre más fácilmente que cualquier otra mujer.

Claro que pasarse sin un hombre no significa pasarse sin romance. La mujer Aries necesitará siempre de ese héroe de sus sueños por quien suspira en su corazón. Es posible que esté muy lejos en el tiempo y en el espacio -o simplemente invisible e inaccesible, oculto en las nieblas del mañana-, pero en una lluviosa tarde de abril, nuestra amiga estará pensando en él.
Rondará sus pensamientos cuando caiga la primera nevada, cuando ella escuche cierta canción o vea destellar un relámpago. Sin embargo, por más que suspire por él, si no se da en forma inmediata la presencia física de un varón, la mujer Aries no le echará terriblemente de menos. Cualquier cosa que él pudiera hacer, yo puedo hacerla mejor: eso es lo que ella piensa.

La muchacha Aries se abre sola las puertas. También se pone sola el abrigo, libra sus propias batallas, se aparta ella sola la silla, llama el taxi y se enciende el cigarrillo sin necesidad de ayuda masculina. Para ella, hacerlo sola es la manera mas rápida de hacer algo. Naturalmente, no es una actitud que guste demasiado al vulnerable ego masculino. La joven marciana está decidida a tomar la delantera, a ser la primera en emprender la acción, y en ello incluye tomar la iniciativa para empezar un romance. Entre todos los signos solares, son las mujeres Aries las que más probabilidades tienen de declararse, especialmente si el hombre no se decide a hacerlo. Y, amigo mío, ese es el único momento en que puedes demostrarle sin peligro tus sentimientos: cuando ella se te declare. Si lo haces antes, estás corriendo un albur. Ten mucho cuidado con tus iniciativas cuando la chica es Aries, porque a ellas les gusta dirigir la relación amorosa. Mas vale que te asegures bien de haberte metido su corazón en el bolsillo antes de intentar rodearle la cintura con un brazo y darle un beso de despedida, porque si no, es posible que te lance un gancho de derecha en la mandíbula y huya como una cervatilla asustada.

Pero no te confundas. La razón de su huida no es su modestia virginal, ni el miedo a tus apasionadas intenciones. Con eso puede arreglárselas muy bien. Si escapa es por el temor de verse complicada con un esclavo reverente o con un cachorrito enamorado, porque cualquiera de esas cosas le arrancaría lágrimas de aburrimiento. Muéstrate indiferente, mantenla en la incertidumbre, y lo más probable es que sea ella quien te arrincone. Un hombre que se resiste a su influencia es siempre seductor para una Aries, que no puede entender que él no está fascinado por sus indudables encantos. Entonces, su naturaleza marciana no dejará piedra sin mover para demostrar que ella es deseable, aunque él no le despierte ningún interés duradero.

El arquetipo de la mujer de este signo es Scarlett O'Hara. Como ella, la joven Aries conseguirá tener a sus pies a todos los varones existentes en ciento cincuenta kilómetros a la redonda, mientras su terco corazón se derrite por el único hombre que, por la razón que fuere, le resulta inaccesible. Como Scarlett, la mujer regida por Marte es capaz de adaptarse rápidamente para sobrevivir, para hacer frente a un ejército que avanza y para, con helada tranquilidad, atravesar de un balazo la cabeza de quien signifique una amenaza para sus seres queridos.

El momento en que Scarlett muestra mejor las características del signo es cuando hambrienta, sola y sin amigos, sin aguantar a que un hombre corra en su auxilio, levanta los puños al cielo para gritar: “Sobreviviré, y jamás volveré a tener hambre... ¡Pongo a Dios como testigo de que aunque tenga que mentir, estafar, robar o matar, jamás volveré a tener hambre!”. Y mucho después, con el corazón destrozado, muerta la hija que amaba y cuando el único hombre que ha amado en su vida está a punto de abandonarla, esta mujer típica de Aries todavía es capaz de decir: “Ya se me ocurrirá la manera de hacerle volver. Jamás ha habido hombre a quien no pudiera conseguir, si he puesto en él mi mirada... Después de todo, mañana será otro día”.

Si, Scarlett O'Hara nos da una nítida imagen del primer signo solar del zodiaco, con toda la fuerza de Marte y con su capacidad para rehacerse de la tragedia; apta para desempeñar hasta sus últimas consecuencias el papel femenino, con sus caídas de ojos y una oportuna lagrimita, pero igualmente capaz de hacer un trabajo de hombre cuando no hay hombre a mano. Un cuidadoso estudio del personaje Scarlett permitirá al lector tener una clarísima imagen de lo que le espera con una Aries... y, naturalmente, también de las recompensas que puede esperar después de haber tenido la valentía de cortejarla. Es posible que su impulso agresivo sea difícil de soportar, pero su radiante optimismo y su fe en el mañana pueden resultar muy estimulantes.

A las muchachas Aries les encanta que las halaguen, pero con sinceridad. Hazle saber a tu chica que la admiras, pero sin ser demasiado florido ni meloso. La lealtad de las Aries en amor es total, siempre que su galán sepa mantener vivo el sentimiento, porque son muy sentimentales. En ellas se da la contradicción típica del signo: no quieren que las persigan, pero pierden rápidamente el interés por quien se muestra demasiado indiferente. Una Aries no quiere un varón completamente dominante, pero tampoco se entusiasmará por un hombre que se eche a sus pies para adorarla. Antes de que el amor pueda aportarle la felicidad, la mujer Aries debe responder al eterno desafío de Marte: el intenso deseo de controlar al amante, en conflicto con el secreto anhelo de ser controlada por él. Increíblemente idealistas, son mujeres que a veces buscan en vano el valiente caballero de armadura resplandeciente que las embargue de emoción y conquiste el mundo para ofrecérselo en bandeja, sin que eso les haga sacrificar su virilidad. Como tal personaje no existe más que en los cuentos de hadas y en las leyendas de la corte del Rey Arturo, es frecuente que la mujer Aries ande sola, sin estrella que la guíe. Sus días son luminosos y llenos de emoción, como oscuras y llenas de nostalgia suelen ser sus noches. Sin embargo, cuando sus sueños derrotados se convierten en ardientes cenizas, cuando ya uno piensa que la llama se extingue, Aries se levanta de un salto para encender otro fuego.

Para amarte, la mujer Aries debe estar orgullosa de ti, pero no exageres tu importancia hasta el punto de dejar de prestar atención a los talentos y las capacidades de ella. Aunque te exija mucho, te lo devolverá con creces. La joven Aries puede ser generosa en exceso con su tiempo y su compasión, compartir alegremente posesiones y dinero, pero cuando se trata del amor es lista y llanamente avara. En cuanto a las relaciones amorosas, su lema es “lo que es mío, es mío”, y no hace falta mucho para provocar una explosión de celos. No se te ocurra admirar en presencia de ella a tu actriz favorita, ni tener demasiadas atenciones con sus amigas. El hombre casado con una mujer Aries hará bien en buscar un secretario varón. Si no siente que es la primera para ti, en todos los sentidos, no tardarás en preguntarte por que han desaparecido tan rápidamente la intensidad de la pasión y la emoción subyugante. Cuando la mujer Aries se siente realmente herida, su fuego se convierte en hielo. Su fuego arde intensamente y se extingue con rapidez; su hielo puede ser eterno. No lo olvides, si es que ella te interesa en serio... y es poco probable que ella quiera interesarte de ninguna otra manera. Aries juega a todo o nada.

Son mujeres que ponen a su amado en un pedestal y esperan que viva de acuerdo con una imagen de imposible perfección, negándose tercamente a advertir que tiene los pies de arcilla, hasta que se le aflojan de tal modo que incluso ella tiene que notarlo. Jamás critiques al amante, al marido o a los hijos de una mujer Aries, a menos que te hayas puesto un traje de amianto. Son mujeres capaces de ser exigentes, egoístas, y de hacer observaciones hirientes si alguien arroja un cubo de agua fría sobre lo que es suyo. Pero también pueden ser gentiles y delicadas cuando se las sabe tratar.

Como las Aries prefieren la compañía masculina a la femenina, y solicitan la admiración de todos los hombres que las rodean, entre los nueve y los noventa años, con una de ellas te sobrarán las oportunidades de sentir los aguijonazos del pequeño monstruo verde de los celos. Olvídate de ellos. Si ella se mostrara contigo orgullosamente posesiva, ni por un momento aguantará que tú seas posesivo con ella. Una mujer de este signo insiste en tener completa libertad, tanto antes como después de casarse. Vaya donde vaya y haga lo que haga, tendrás que confiar en ella, por más que ella no tenga en ti una fe semejante (a menos que haya aprendido por las malas a controlar sus emociones). De todos modos, la cosa no es tan dura como parece, porque una vez que Aries se entrega de verdad, es fiel. Es raro que la joven Aries pueda amar a dos hombres al mismo tiempo; simplemente, su honradez no le permite el engaño. Si no median circunstancias excepcionales, te hará saber con toda claridad que su amor ha muerto antes de entablar una relación seria con otra persona.

Es una mujer capaz de pasión profunda y de místico idealismo, entretejidos de las maneras mas extrañas. En una relación que ella sienta como auténtica y perdurable, no habrá lugar para reticencias, astucias femeninas, maniobras de coquetería o juegos tontos. Su amor es directo, como su forma de hablar y de actuar. Hay algo limpio y fresco en la sencillez de sus emociones que, así y todo, la llevan a veces a aguas demasiado profundas para ella. Es posible que tengas que domesticarla un poquito, pero si te ama de verdad, lo aceptará con una docilidad sorprendente.

Las mujeres de Marte suelen ser mujeres de carrera, capaces de desenvolverse bien en la misma profesión que un hombre, desde corredor de Bolsa a agente inmobiliario. También pueden lucir un lindo perfil o una pierna bien torneada en ocupaciones estrictamente femeninas, como la de actriz o la de modelo. A veces resulta difícil conseguir que una muchacha así deje su trabajo por un hombre, si es una carrera o una profesión autentica. Tal vez durante un tiempo lo abandone todo, mientras se sienta inundada por el resplandor del romance y se imagine una casita de novela para los dos solos, junto al mar (ya que es típico de la imaginación Aries ir directamente a las partes gratas e ignorar las aburridas). Pero cuando haya que darle una mano de pintura a la casita, cuando en el techo aparezcan goteras y el resplandor inicial comience a oscurecerse, es posible que Aries se ponga ansiosa por sacar de nuevo a relucir su carta de trabajo. No hay que impedírselo. Será mucho más feliz y se sentirá más enamorada -y hasta más dulce- si se le permite llenar sus ratos de ocio con algo que le interese. Las emociones insatisfechas pueden llevar al marciano a convertir un grano de frustración en una montaña de problemas.

Prácticamente, no hay nada a lo que una mujer de ese signo sea incapaz de hacer frente. Ya se trate de una cosa importante o simplemente de algo que se le ocurra para alegrar su vida, algún intento hará por conseguirlo, sin importarle si es práctico o no. Conozco una mujer Aries que, por razones financieras, se vio obligada a vivir durante varios años en dos habitaciones, con el marido, cinco hijos bien inquietos y un perro. Es una situación bastante sofocante y cuya sola perspectiva puede despertar algunas dudas en una mujer con sentido común. En una marciana, no. Esta se las arregló para enfrentarla, aunque quizás alguna vez sufriera momentos de malhumor. Cuando estaba en esa situación, un astrólogo le leyó su carta natal y le señaló que sus aspectos planetarios mostraban un largo periodo de gran estrechez en su vida. Ella se quedó muy intrigada. “¿Y cuando parece que pueda ser eso?”, quiso saber.

La misma impulsiva Aries un día sintió repentinamente la urgencia de agregar un perro más al grupo que acampaba en sus dos habitaciones. Tenía la sensación de que el mimado de la familia necesitaba compañía femenina; se le veía muy solo. Además, a los niños les pareció una idea realmente sensacional.
El descubrimiento de que el segundo perro no sabía comportarse en una casa la arredró só1o temporalmente. Decidida como un sargento instructor, asignó turnos para que todos los miembros de la familia fregaran sucesivamente la alfombra. Cuando comprobó que de todas maneras jamás volvería a quedar como antes, analizó la situación para tomar una decisión. ¿Deshacerse del segundo perro? No faltaba más. Nuestra amiga abrigaba la secreta esperanza de que pronto habría cachorros. De alguna parte tendría que salir el dinero para comprar una alfombra nueva. Y lo raro fue que apareció. En cuanto a los cachorros, ella estaba segura de que se produciría algún milagro y de que todo el batallón podría ir a vivir a un apartamento nuevo antes del feliz acontecimiento. Y lo raro es que eso ocurrió. Los milagros tienden a sucederle a la gente que cree en ellos, y vaya si las mujeres Aries creen. A veces, hasta el límite de la bobería. Su precipitación puede llevarlas a meterse en líos muy complicados, y es posible que ya tengan algunas canas antes de aprender a no pasar por segunda vez por la misma complicación. Aries no suele aprender de la experiencia. Ganas no le faltan, pero su disposición no le deja. De nada sirve alertar a una mujer típica de Aries con la bíblica advertencia de que “el orgullo va antes de la caída”, frase que ella interpreta desde que se la enseñaron por primera vez, en el sentido de que “cuando pierdas el orgullo, caerás”.

Nunca te inquietes por la posibilidad de que tu amada Aries sucumba a los encantos de un lobo. Es tan inmune a los lobos como a los playboys, y corre mucho mas peligro de verse seducida por algún idealista que defienda una causa, sobre todo si es una causa perdida. Pero ni siquiera con él se privará de hacer valer con frecuencia su individualidad, rasgo éste que jamás quedará completamente conquistado en la mujer de Marte, por más que el hombre adecuado pueda suavizarlo. Una muchacha Aries te hará regalos, te prestará dinero, te cuidará cuando estés enfermo y te ayudará a conseguir trabajo. Y esperará lo mismo de ti.

Aunque ella lo niegue con vehemencia (con la misma vehemencia que pone en casi todo), cuando se siente triste, tú también tendrás que estarlo. Cuando esté feliz, tendrás que estar feliz. Para Aries, amar es compartir en la igualdad. Tu Aries espera compartir tus hojitas de afeitar, tu cuenta bancaria, tus amigos y tus sueños. A cambio, tú puedes compartir los de ella. Claro que es posible que su hojita de afeitar esté rota, su cuenta bancaria casi en cero, sus amigos un poco dispersos, y que sus sueños sean demasiado fantásticos para que tú te los tragues, pero ella no se mostrará egoísta con sus posesiones. Que no le cuentes un secreto puede hacerla enfurecer, y no es buena idea hacer enfurecer a Aries. Jamás hagas que se avergüence de tu lenguaje, de tu ropa o de tu conducta en un lugar público. Ella jamás te hará sentir incómodo, por lo menos en esos aspectos.

Herir su orgullo o poner freno a su entusiasmo son cosas que pueden poco menos que destrozarle el corazón. Es, ni más ni menos, lo que continuamente le hacen otros. El mundo no perdona a una mujer que no se calla y que se considera mas despierta que nadie. Cuando descubra que, después de todo, la que rige el Universo no es ella, correrá a tus brazos con lágrimas en los ojos, huyendo de su mundo oscuro y desalentador.

Entonces tendrás oportunidad de verla tal como es realmente, indefensa y vulnerable en extremo, pese a toda su confianza exterior. En realidad, no es la mujer invencible, por más que le gustaría serlo. Admira la fuerza y procura imitarla. Es frecuente que la realidad haga pedazos el idealismo de Aries y su fe optimista en la naturaleza humana. Si en esos momentos la consuelas con ternura, es probable que jamás llegues a perderla.

Defiéndela siempre contra sus enemigos, porque no te perdonará que no luches en favor de ella o no te pongas de su lado. (Pero prepárate para hacer las paces con ellos cuando Aries las haga, cosa que puede suceder en cualquier momento.) Por lo menos, en eso juega limpio: ella también te defenderá. Una mujer Aries se jugará, desafiante, fama o fortuna frente a cualquiera que lastime a un amigo de ella. Si te ama, su indignación no tendrá límites. Son mujeres de lealtad absoluta.

Como esposa, puede ser todo un desafío. Es probable que tenga sus intereses fuera de casa, porque rara vez un hogar será suficiente para sus energías creativas. No esperes que sea un grillito feliz y que se quede cantando alegremente junto al fuego. Como cocinera será bastante competente y mantendrá la casa brillante de limpieza... la parte que se ve, por lo menos.

También te coserá los botones y te planchará las camisas, pero a disgusto. Así y todo, si es necesario lo hará. (Una mujer Aries es capaz de hacer casi cualquier cosa cuando es necesario.) Su fuego se parece mas a los destellos de un diamante que al resplandor acogedor y cálido del hogar encendido. En su naturaleza hay innegablemente cierta fragilidad, y serán mas las veces que te agite que aquellas que te tranquilice. Pero te aportará emoción y sin duda no te aburrirá nunca. Tiene también sus momentos de dulzura que desmienten su impulsividad... para el hombre que tenga la paciencia de sacarlos a la superficie. Las marcianas poseen mayor ternura interior de lo que puede imaginarse quien jamás ha estado en verdad próximo a ellas. Su conversación es muy inteligente y muy frecuente. No te ocultes tras el periódico durante el desayuno. Ella espera encontrar en ti a un compañero; de lo contrario, ya puedes empezar a hacer tú los huevos fritos.

Es raro que se queje de que está enferma o cansada, pero cuando algo le duela esperara compasión por toneladas. Aunque tal vez tengas que sentarte encima de ella para que se quede en cama cuando le consuma la fiebre, prepárate para atenderla como a una inválida si tiene un dolor de muelas.

Aries no es mujer a la que se pueda llamar por teléfono para decirle que te quedarás trabajando hasta tarde en el despacho, salvo que te divierta provocar un estallido de fuegos artificiales en pleno invierno. No es que tenga inconveniente en mantener la salsa al calor; lo que en realidad le disgustará es no saber que estás haciendo, y es muy posible que vuelva a llamar para verificarlo. Una esposa Aries le causará probablemente una gran impresión a tu jefe... si puedes convencerla de que no le diga cómo debe administrar el negocio. Si por un tiempo tú estás sin trabajo, no tendrá inconveniente en ser ella quien traiga el pan a casa, pero jamás podrá respetar a un hombre que gane menos dinero que ella (aunque jamás dejaría a un hombre por esa razón; mas bien se inclinaría a justificarlo con excusas). Si excepcionalmente le da por abandonarse, la primera palabra de desaprobación de su pareja la enviará presurosa frente al espejo y a la botellita de perfume. (En este aspecto, es tan femenina como la propia Eva.) Lo mismo conseguirás si haces un comentario halagador sobre el nuevo peinado de tu secretaria, pero es más peligroso. Además, ya te advertí que es mejor que optes por un secretario. En la mujer marciana hay una vena de vanidad que la hace sensible a todo -desde su edad a la más inocente observación sobre lo cansada que se la ve- lo que ella puede interpretar como que tú piensas que parece una vieja ajada.

Si no mantienes viva la pasión y el romance en tu matrimonio, la harás amargamente desdichada, y como Aries está dispuesta sin demora a cambiar una situación que provoca desdicha, es fácil que se llegue a una separación apresurada o a un divorcio impulsivo. En la mayoría de los casos es una imprudencia permitir que Aries administre los fondos de la familia, pero si eres de los que te tomas las cuestiones económicas con espíritu deportivo, puedes intentarlo.

Como madre, Aries tendrá buen cuidado de que el bebé esté limpio, feliz, sano y amado. No es fácil que lo tome en brazos cada vez que llore, que esté pendiente de él ni lo sobreproteja, pero sus hijos recibirán una lluvia de besos cálidos e impulsivos y de estrechos abrazos. Una madre nacida en abril enseñará a sus hijos a creer en duendes. Los llevará a pasear por el parque y les enseñará los collares rutilantes que se olvidaron sobre el césped las hadas que vinieron a danzar a la luz de la luna, y que para otra gente son simples gotas de rocío sobre la hierba. La madre Aries crea para sus hijos un mundo mágico de fantasía: es el mundo en que ella misma vive. No será tolerante en exceso, insistirá en una disciplina estricta y probablemente tenga la suerte de ver a sus hijos convertidos en adultos independientes. En psicología infantil, sus armas favoritas son un remo de madera, cuentos a la hora de acostarse y el beso de buenas noches.

Es mujer que puede ser temperamental hasta lo irrazonable, y capaz de provocar algunas escenas violentas. Pero con la misma rapidez con que se enciende, su có1era se disipa como una tormenta de verano: Aries es incapaz de guardar rencor, buscar venganza o complacerse en la autocompasión o en la amargura. Después de una tormenta, su optimista naturaleza de abril reaparecerá como el arco iris que surge súbitamente, pasado el chaparrón. Muchísimas personas afirmarán que la mujer Aries es totalmente masculina, pero no hay que creerles.

Por debajo de su cáscara relampagueante y enérgica, es pura femineidad; tal vez demasiado mujer para el hombre medio. Pero no hay duda de que un caballero de reluciente armadura no es un hombre medio. Si hay por ahí algún valiente caballero solitario que me escuche, esta es el hada de sus sueños, digna de todos los dragones que tendrá que vencer para conquistarla.

No hay que olvidar que es sensible, a pesar de su radiante sonrisa de bravura (que no es más que su escudo contra el dolor). Quien pueda transformar al Carnero en cordero, tendrá una mujer honrada y apasionada, leal y fascinante, bien que pueda ser un poco impulsiva, autoritaria e independiente. Bueno, pero es que no se puede tener todo, ¿no? La joven Aries te ayudará, lector, a encontrar tus ilusiones perdidas, y tendrá una fe ciega en todos tus sueños. Y si dices que no tienes ninguno, pídele alguno prestado; ella tiene muchísimos. Si crees en ella la mitad de lo que ella cree en ti, juntos podréis hacer algunos milagros.

El niño Aries





Lo único que se es que algo se me abalanza como
un muñeco que saliera de una
caja y yo asciendo
como un cohete hasta el cielo.

Mientras papá ofrece los cigarrillos, el rubicundo bebé Aries vocifera desde su cuna para que le presten atención. Pero, ¿cómo se atreven a ignorarle para charlar con la enfermera? ¿Quién es el que manda aquí, vamos a ver?

Será suficiente con subirle en el taxi al volver del hospital para tener inequívocamente resuelta la cuestión: el que manda es el bebé Aries. ¿Es que te quedaba alguna duda? Pues ya se disiparán cuando tenga edad suficiente para sentarse en la sillita alta y empezar a golpear la cuchara contra la bandeja si le dejan demasiado tiempo solo. Jamás te fastidiará ni se pondrá pesado con su alimento preferido. En todo su cuerpecito fuerte, activo, cuadrado de hombros, no hay un solo hueso delicado. El chiquillo Aries escupirá las verduras con la fuerza de un cañonazo, y se frotará el plato de papilla por la minúscula cabecita rapada para dejar bien en claro que decididamente, esas no son comidas que le gusten al bebé. Y en su acción, las niñas serán tan directas como los varones. Tal vez más incluso, porque uno quizá no esperaría tan orgullosa determinación en esa tierna personita. ¿Tierna, he dicho? El metal de abril es el hierro, y su piedra el diamante, la sustancia mas dura que se conoce.

Es probable que Aries camine antes que otros niños, y sin duda alguna hablará antes. No será fácil de controlar. Si se nos ocurre decir que no a un pequeño Aries, nos responderá agitando un dedito regordete y desafiante. Hay que empezar a disciplinarlos cuando son muy pequeños. Mucho cuidado con las caídas y las heridas en la cabeza y en la cara. Los niños Aries tienen propensión a los accidentes, por decirlo sin exagerar. No dejes a su alcance cuchillos afilados, y cuidado con todo lo que pueda quemarlo. Si en las inmediaciones hay algo caliente o prohibido, puedes apostar a que allí meterá impulsivamente su dedito curioso. Y si piensas que con eso aprenderá la lección, te equivocas. Son niños que intentan superar sus propias marcas. La dentición puede ser una época de fiebres y molestias, una ordalía de la que el bebé saldrá sin dificultades, pero ¿y la madre?

Cuando sea un poquito mayor, es posible que te deje sin aliento con sus afectuosos abrazos de oso. Generalmente, los niños de Aries son cariñosos y demostrativos, excepto aquellos cuyas primeras experiencias emocionales enfrían un corazón normalmente cálido. Son las ovejitas, tristes y calladas. Pero sus cuernos son igualmente peligrosos.

Vale mas no pedir a los parientes que se ocupen del bebé sin ponerles en antecedentes. Si la pobre tía Magdalena se ofrece valientemente a cuidar de él mientras sus padres se toman unos días de vacaciones, la situación puede llegar a ser un poco tensa.

Sin duda, encontrará al nene con el dedo en el azucarero y es posible que cometa el error de golpear el suelo con el pie, disgustada. Su actitud sorprenderá y ofenderá por igual al Carnerito, que a su vez dará con el piececito contra el suelo y conseguirá decir su primera oración completa: “Tía "Mada", no me digas nada”. Exquisito. Y claro que en mucho tiempo ella no le dirá nada. (También es posible que vosotros tengáis que regresar a casa antes de lo previsto, porque al golpear con el pie, el pequeño se fracturó el dedo gordo.)

A medida que crezca y se haga mas fuerte, tras haber luchado contra el sarampión, las paperas, la varicela y la escarlatina, venciendo a todas sin dificultades (ya que la lucha contra los gérmenes no es una autentica lucha para la capacidad de recuperación de la naturaleza marciana), el niño Aries empezará a mostrar su pauta temperamental. Sus padres advertirán que puede comportarse como una criatura totalmente irrazonable si se le lleva la contraria, pero su enojo no es duradero. Tras una explosión periódica, el pequeño o la niñita Aries os brindarán una amplia y radiante sonrisa de triunfo.

Aries comparte con asombrosa generosidad sus juguetes con sus padres, sus compañeros de juego, el cartero, el bulldog del vecino y el gato de la calle. Sin embargo, su generosidad se acabará si alguno de ellos hiere sus sentimientos o se interpone en el camino de algo que él quiere hacer o del lugar donde quiere llegar. Entonces, cuidado con los estallidos.

Tanto los varones como las niñas Aries pueden caer precozmente en el hábito de descuidar sus deberes escolares, y poco les impresionará que su madre le ponga como ejemplo a un hermanito más obediente -Capricornio, Cáncer, Virgo o Piscis-. (Doy por supuesto, lectores, que no tenéis más que un hijo Aries. No es muy frecuente que los planetas hagan esas cosas a los padres.) En vez de avergonzar al joven marciano para que estudie, hay que desafiarlo. Se relamerá con un desafío de la misma manera que su gato favorito se relame con la nata.

Basta con decirle que probablemente él (o ella) sea un poco lento, no tan inteligente como los demás chicos, un poco inferior, vamos, pero que a sus padres no les importa. Igualmente le amáis. Y veréis cómo vuela el polvo de esos libros de texto, cuando el Carnerito se dispone a demostrar la ridiculez de esa teoría. ¿Que alguien pueda estar por encima de él? Eso está por ver.

Y una vez comprobado el mágico funcionamiento de esta estrategia en casa, hay que advertírselo a la maestra. Se pondrá de rodillas para agradecértelo, mamá. Y si tiene más de un alumno Aries en su clase, es posible que te envíe una caja de bombones. En realidad, los chicos Aries pueden aprender cualquier cosa en nada de tiempo, no olvidarlo jamás y pasar por la escuela con la rapidez del viento, si se aplican. Pero no todos los padres saben cómo lograrlo. Es posible que se pasen años preguntándose por qué Miguelito y Margarita sacan un cociente intelectual tan alto en los tests, y sin embargo ya hace cuatro años que están en tercer grado. Tampoco hace falta que se preocupen demasiado, sin embargo, porque Miguelito y Margarita recuperarán el tiempo perdido con la velocidad de una bala, tan pronto como salgan al mundo y se den cuenta de que la gente es mas viva que ellos. Un par de humillaciones, y el ego de un marciano les llevará a esforzarse de tal modo que subirán de un salto varios peldaños.

Tu retoño de abril tendrá imaginación vivaz; será soñador y sentimental como un libro de cuentos, pero al mismo tiempo, no tendrá inconveniente en tostarse el pan. Si existe una cosa tan contradictoria como un soñador idealista, duro y práctico, ese es tu hijo Aries, tan ingenuo como tenaz, tan suave como persistente. Todos esos rasgos conflictivos están entretejidos en su naturaleza orgullosa, que te asombrará y te dejará intrigado. Lo mismo les pasará mas adelante a sus amigos, y no hablemos de su jefe, sus futuros enemigos y el alma desprevenida con la que se case.

Los niños Aries serán los líderes entre sus compañeros de juego. Ellos inventarán juegos nuevos y tendrán nuevas ideas para la pandilla. Insistirán en salirse con la suya o se darán de cabeza contra la autoridad, de manera que será mejor que los padres establezcan algunas reglas inalterables desde el principio. Un pequeño Aries a quien no se le enseña a obedecer cuando es pequeño tendrá que aprender algunas terribles lecciones en la madurez. No olvidéis que su corazón es blando como la mantequilla, y que en él se ocultan hondamente arraigados temores de que él no le gusta a nadie y nadie le quiere, a pesar de su aparente valentía. Si ve que se rechazan sus sueños o se enfría su entusiasmo puede volver corriendo a esconder entre tus brazos las lágrimas de su tragedia. Cuando esto suceda, abrázalo muy fuerte, porque su corazón estará destrozado. Con sus modales ásperos y dominantes, el idealismo de Aries es sensible, y el menor golpe lo magulla. Y bastantes golpes recibirá en la vida su ingenuo optimismo lleno de esperanza, de modo que tu pequeño Aries necesita más protección de la que pueda parecerte.

Es de los que creen en hadas madrinas armadas de una varita mágica, y en gigantes que pueden arrasar ciudades enteras con un solo gesto de su poderosa mano. Lo lamentable es que los niños Aries se identifican ingenuamente con esos dos tipos omnipotentes. Cuando descubren que en el brutal mundo exterior hay asesinos gigantescos, y realistas carentes de sutileza, que pueden reducir a una patética impotencia cualquier varita mágica, se dan unos buenos porrazos. Pero vuelven a levantarse, se sacuden el polvo y siguen adelante, indefinidamente. ¡Ya le enseñaran ellos unas cuantas cosas a ese mundo viejo, aburrido y sin imaginación! Es posible que le queden algunas cicatrices, pero nunca pienses que tu hijo Aries está fuera de combate por más veces que lo veas caer. Espera a que él te pida auxilio, que es posible que tengas que esperar bastante.

Los regalos de cumpleaños, escóndelos en un lugar seguro, porque Aries es impaciente y no está dispuesto a esperar a que le descubran las sorpresas. No destruyas demasiado pronto su fe en Papa Noel y en los Reyes Magos. Creer primero ciegamente, y después aprender a no creer, fortificará sus emociones, será una lección necesaria. El dinero que se le de para sus gastos le hará agujeros en los bolsillos, pero alegremente te dará sus últimas monedas para que puedas pagar al lechero. Tu hija Aries será capaz de pagar a los malos del barrio para que no sigan pisoteando hormigas. Si se le maltrata durante estos años impresionables, un niño Aries puede mostrar una cruel vena defensiva, pero guiado con prudencia y con suavidad, insistirá con menos fuerza en sus derechos y mostrará una gran generosidad y compasión hacia sus semejantes. No hay que darle órdenes, sino pedirle siempre con una sonrisa que haga las cosas, y se esforzará por complacer a sus padres. Jamás destruyas su confianza, que es tan importante para él como el aire que respira. Es posible que se escape de casa; la independencia de Marte se muestra desde muy pronto, pero cuando vuelva habrá aprendido mucho. Enséñale que no está bien dominar a los que son más jóvenes y más dóciles. En realidad, él no pretende herir a nadie.

Frecuentar a gente fría y rechazante puede herirlo profundamente, pero nada conseguirá doblegar su espíritu. (Acuérdate del diamante.) Probablemente enloquezca por los libros y sea un lector insaciable, pero no te extrañe que no esté muy dispuesto a aceptar años de disciplina universitaria. A Aries le interesa demasiado entrar en acción, cortando todas las plantas de habas que le desafían. Pero no dejes demasiado pronto de insistirle. Para él será positiva la disciplina adicional de una educación superior, que ayudará a su mente a seguir el ritmo de sus ardientes emociones y de sus súbitos y enigmáticos chispazos de penetrante intuición. Cuanto mas se resista a la idea de un rígido programa académico, cuanto mas inclinado se sienta hacia la libertad de probar algún trabajo, más seguro puedes estar de que necesita un horario y un programa.

Tendrá que aprender lo que es responsabilidad, pero eso -y otras cosas- se le enseñarán mas rápidamente acudiendo a una 1ógica directa y a un sincero afecto. Son dos cosas que le llegan. Padres y maestros deberían recordar siempre que los niños de Aries florecen gracias al elogio, que les lleva a proseguir obstinadamente con su esfuerzo, pero estallan como un cohete cuando se les ataca, y pierden entonces todo interés por superarse. Dile que es lo que te gusta en él, y así nunca hará lo que no te gusta. El joven Aries rinde exactamente lo que se espera de él, incluso aquel que oculta el ardor de sus impulsos bajo una personalidad serena. Es un niño a quien hay que mantener siempre ocupado para no tener complicaciones. La ociosidad atrae al peligro. Necesita, además, gran numero de horas de sueño para recuperar toda la energía que dispersa y dilapida.

Le encantará que le cuenten cuentos sobre héroes valientes que conquistan mundos nuevos. Pero también cree en los duendes y en el pozo de los deseos, y seguirá creyendo en ellos mucho después de que ya le estén pequeños los zapatitos con los que aprendió a caminar, y de que os haya dado el primer nieto.

Si sus padres le conducen con suavidad y amor constante, el niño de Marte crecerá con el maravilloso poder de soñar sueños imposibles... y hacer que se conviertan en realidad.


El jefe Aries




-Pues ahora que ya nos hemos visto
-dijo el Unicornio-,
si tú crees en mí,
yo creeré en ti.
¿Te conviene el trato?


El jefe Aries no será popular entre los empleados holgazanes.

Si lo que quieres es un lugar cómodo para pasar el tiempo mientras encuentras una profesión definitiva, o un sitio donde ganar un poco de dinero para gastarlo durante las vacaciones, lo más prudente será que no trabajes para Aries. Es un hombre que no puede tolerar el trabajo hecho de mala gana o la falta de entusiasmo en quienes le rodean. Esperará de ti la misma dedicación a la empresa que él tiene, e igual preocupación por su futuro. Es probable que sea rápido en contratarte, rápido en ascenderte... e igualmente rápido en señalarte tus errores.

Si sospecha que estás aprovechándote, lo mas probable es que recibas una reprimenda áspera y directa, y bien sentida, pero tendrás también una segunda oportunidad -e incluso una tercera y una cuarta- si reconoces tu error y prometes enmendar tu comportamiento. También te convendría estar preparado para trabajar horas extras, con un jefe Aries; es lo que él espera. Pero, por otra parte, si es un Aries típico, tampoco fruncirá el ceño mirando el reloj ni echará miradas significativas a su reloj de pulsera cuando llegues tarde por la mañana o te tomes una media hora o una hora de más para el almuerzo.

Tampoco él vive pendiente del reloj. Con su personalidad tan individual, tu jefe Aries comprenderá que nadie puede ponerse creativo apretando un botón a las nueve de la mañana y desconectar de nuevo a las cinco de la tarde. Es un jefe que más de una vez te pedirá que te quedes a trabajar en sábado, pero que aceptará también la excusa del funeral de tu abuela cuando se te ocurra ir a un partido de fútbol, por más que te daría igualmente el permiso si le dijeras la verdad. El comprende que súbitamente, en un día de primavera, tengas ganas de gritar animando a tu equipo.

Aunque por lo general será generoso con vacaciones, salarios, ascensos y cosas semejantes, tu jefe esperará que lo dejes todo -planes personales, vínculos emocionales, compromisos de viaje o de cualquier índole- si en la oficina sucede algo de mucha importancia. Lamento decirlo, pero yo conozco a un jefe Aries que en un momento crítico requirió que una empleada de su confianza trabajara veinticuatro horas seguidas. El hecho de que la emergencia se produjera el mismo día que su empleada tenía que estrenar el vestido de novia no le preocupó demasiado. ¿Y si ella tenía planeada una boda con seis acompañantes, pajes, músicos y una recepción para trescientos invitados?

El jefe Aries estaba convencido de que todo eso se podía postergar, incluso la luna de miel, por una reunión urgente en la que estaba en juego un negocio por un millón de dó1ares que podía suponer para la empresa el trampolín hacia los lugares más altos. Si en una tal circunstancia él estaría dispuesto a posponer su matrimonio, ¿por qué ella no? (Que es lo que pasa, ¿no sabes lo que es la lealtad? Admito que es un caso extremo, pero que te sirva de advertencia.

Es raro el jefe Aries que hacia la Navidad no se muestre más pródigo que el patrono estándar. Según la fuerza que tenga en él la influencia de Aries, puedes contar con una bonificación mayor que la que obtendrán tus amigos en otras oficinas, e incluso con un presente caro y elegido personalmente, que podría ser algo que deseas desde hace muchísimo tiempo. Un jefe marciano rara vez será mezquino (a no ser que tenga un signo lunar o un ascendente que lo determinen).

No es tan susceptible a la adulación como otros signos astrológicos, pero no se sentirá ofendido si de vez en cuando le haces un cumplido sincero. Si de manera directa le expresas que te gusta él como patrono, que admiras su eficiencia y lo consideras más o menos el jefe más inteligente que has tenido, tienes asegurada la permanencia en el trabajo. Pero dilo únicamente si lo crees de verdad y con convicción, porque él desdeña a los empleados que lo elogian únicamente para ganar puntos, mientras que secretamente dudan de la capacidad del Carnero para dirigir con éxito la empresa. Por lo común, Aries no es buen juez del carácter, pero es tan sensible a las opiniones que otros tienen sobre él que puede muy bien decir si los que le rodean día tras día están a gusto con él. Gustar a la gente es su necesidad secreta. Es posible que no lo adivinéis nunca, si os dejáis deslumbrar por su aire de seguridad en sí mismo y su fachada de valentía, pero mas allá de todo eso, lo cierto es que Aries necesita desesperadamente de la aprobación de su prójimo. Eso te incluye a ti, su empleado, a su mujer y a su perro, e incluso al extraño con quien se encuentra en el ascensor. Pese a su independencia superficial, nada le hace tan feliz como que se reconozca en él a la persona superior que él sabe que es. Por otra parte, nada puede deprimirle tanto y llevarle a un grado tal de inseguridad y hasta de mezquindad como la sospecha de que quienes trabajan para él no aprueban sus métodos o no se dan cuenta de su valor y de su potencial.

Si oyes el rumor de que la empresa está a punto de declararse en quiebra, no te apresures demasiado a buscar otro trabajo. Es posible que, en definitiva, no lo necesites. Si alguien puede solucionar los problemas de la empresa, salvarla en el último momento del desastre financiero en las mas deplorables circunstancias y hacer que toda la operación recuerde a Moisés pasando entre las aguas del Mar Rojo, ese es tu jefe Aries, independiente, osado y emprendedor. Su impulso, a diferencia del de Escorpio, que es más emocional, es vital, proveniente del espíritu y casi siempre idealista. (Sin embargo, es posible que pierda ante el impulso igualmente decidido de un Escorpio que se le oponga, y que sea incapaz de ponerse a la altura de la implacable falta de piedad de Plutón, aunque se recuperará de la pérdida y ya sabrá ganar en otra parte.)

Aries tiene sentido de la iniciativa. Si en la oficina hay un buzón de sugerencias y un empleado deposita en él las suficientes ideas creativas y practicables, es casi seguro que con un Aries ascenderá rápidamente. Los Aries aprecian a los empleados que se interesan por la empresa y hacen sugerencias y piensan con originalidad... por lo menos, mientras esté bien claro que no tienen la intención de brillar mas que ellos.

La fuerza de voluntad es uno de los rasgos característicos de los hombres Aries. El Carnero lucha contra todas las dolencias menores, y tampoco cede fácilmente ante las enfermedades graves. A veces, puede retrasar o evitar completamente una enfermedad con el simple poder de su voluntad. Si tiene un resfriado o una infección vírica (acompañada probablemente de fiebre alta), se levantará para acudir a su despacho por un asunto urgente, y es posible que para cuando llegue la fiebre se le haya ido, dejando atónito a su médico y a sus empleados con la sospecha de que había permanecido en casa para haraganear.

No habrá en él nada de letárgico, y será mejor que no lo haya en sus empleados tampoco. Probablemente, un empleador Aries prestara muy poca atenci6n a la mala hoja de servicios anterior de un empleado o a las razones por las cuales hayan podido echarlo. En estas circunstancias, no hay mejor techo donde ir a cobijarse. Dada su convicción de que hará del futuro lo que él quiere que sea, es raro que a Aries le preocupe o le moleste el pasado, ya sea el suyo propio o el de su empleado.

El ejecutivo marciano es demasiado orgulloso para dejar que los demás adviertan que le han herido. A pesar de sus rápidos estallidos de mal genio (que no serán muy perdurables ni muy vengativos, y quedarán olvidados tan pronto como se hayan extinguido), ocultará muy bien todo lo que le afecte profundamente. Un Carnero no admitirá su dependencia de nadie más que de sí mismo. Él necesita de otros, y mucho más de lo que es capaz de admitir, pero su fuerza procede del interior y siempre puede encontrar la forma de seguir solo cuando sea necesario.

Si eres capaz de admirar su energía y su valor, aunque se te haga imposible imitarlos, si puedes compensar su carácter impulsivo y apresurado cuidando de los detalles que el omitió en su prisa (y haciéndolo sin que se note), es posible que te pague mas de lo que te pagarían en cualquier otra parte, y que trabajes con él toda la vida. Pon mucho tacto cuando trates de evitar que haga o diga cosas precipitadas que lamentará mas tarde.
Recuérdale suavemente que aquellos contra quienes dirige momentáneamente su justa có1era pueden ser personas muy importantes que, si pierde su favor, podrían perjudicar sus intereses.

Eso es lo importante que tienes que recordar con tu jefe Aries. A pesar de su gran independencia de espíritu, cuando el optimismo de su entusiasmo idealista le eleva por encima de sí mismo, necesita realmente de tu ayuda, de tu fe y de tu lealtad. Dáselas con prodigalidad y nunca te encontrarás con una sorpresa desagradable el día de pago. No tendrás que preocuparte si no consigues taxi en un día de lluvia y llegas tarde, ni si necesitas una semana de licencia para una operación... ni por verte reemplazado por alguien mas joven y mas eficiente. Mas que ningún otro jefe, Aries pagará la lealtad con lealtad. Ten una buena provisión de aspirinas, para emergencias, en el cajón del escritorio, pule tu sonrisa, no te tomes en serio sus accesos de ira, y ya puedes arrojar al cesto de los papeles los anuncios clasificados. Preferirás quedarte allí, donde se desarrolla la acción.

El empleado Aries





Se lo dije en voz alta y clara
y fui y se lo grité en el oído
y cuando me encontré con la puerta cerrada
Tire y empujé y sacudí y protesté...

Pero de nada sirve que volvamos a ayer
porque entonces yo era una persona diferente.


Una entrevista de trabajo con un posible empleado Aries, cuando se trata de un Carnero típico, puede desarrollarse más o menos así:

Entrevistador: Por sus antecedentes y sus referencias veo que en los dos últimos años ha trabajado en seis empresas diferentes, señor Bootsikaris.

Aries: Mi nombre es Charlie, señor Flaxman. Si, yo soy un convencido de que tengo que progresar. Cuando un trabajo a uno le queda pequeño, ¿de qué sirve quedarse en un puesto donde ya no se puede aprender nada ni se puede aportar nada más a la empresa?

Entrevistador: Es exactamente lo que me preocupa, Char... eh, señor Bootsikaris. Temo que dentro de poco tiempo, después que hayamos gastado dinero en prepararlo, usted pueda encontrar que nuestra empresa también le queda pequeña.

Aries: Ya había pensado que eso podía preocuparle, pero no tema. Ya me he informado sobre su empresa, y estoy seguro de que en ella no me sentiré inquieto, porque he podido comprobar que con ustedes hay muchísimas oportunidades para quien quiera verdaderamente progresar. Yo siempre he deseado trabajar en una empresa grande, realmente creativa y progresista, y son tan raras que prefiero esperar hasta que ustedes tengan una oportunidad antes que irme a ninguna otra parte.

No hace falta decir que si el jefe supera su desconcierto inicial ante una entrevista tan fuera de lo común, lo más probable es que contrate inmediatamente a Aries. Ese tipo de entusiasmo sincero por la empresa es difícil de encontrar en estos días en que los empleados piensan en la seguridad y tienen conciencia sindical... y hace que se perdone la brusquedad y el superego.

Tomar un empleado Aries puede ser la mejor jugada que haya hecho usted en su vida o el dolor de cabeza mas grande que se haya buscado, según que meta le ponga a este misil despistado. Confiarle una tarea rutinaria de nueve a cinco es errar el blanco. En el primer momento es posible que brille como plata recién lustrada para impresionarle, pero no tardará mucho en aparecer inquieto y disconforme. Y se lo hará saber por procedimientos tan inequívocos como llegar cada día un poco más tarde, tomarse más tiempo del asignado para el almuerzo o escribir cartas personales en su escritorio. Son todas señales de peligro, anunciadoras de que su empleado Aries no está satisfecho. Sigue siendo de enorme valor para la empresa, pero está aburrido, y el aburrimiento hace que desaparezcan bajo sus efectos las virtudes del Carnero.

Ponga a su Aries en un puesto donde tenga completa libertad para tomar decisiones, de las cuales, si es posible, sólo sea responsable ante usted. Si puede hacerlo sin relajar la disciplina, déjele también que entre a trabajar a la hora que quiera. Después de un breve periodo se dará cuenta de que por mas que pueda aparecer a las diez o a las once de la mañana, o tomarse dos horas para almorzar, Aries será también el último en marcharse por la noche, sobre todo si hay que hacer algún trabajo extra. Entre sus empleados, es el que más probabilidades tiene de aceptar sin quejarse, como un desafío, algunas tareas adicionales.

Son muchos los Aries capaces de trabajar hasta altas horas de la noche si es necesario o si lo que están haciendo les interesa, y probablemente serán más conocidos de la mujer que viene por las noches a hacer la limpieza que de la recepcionista del turno de mañana. Si no le va a encontrar guardando sus cosas ni mirando el reloj alrededor de las cinco de la tarde, ¿por qué armarle un lío si llega a las diez y veinte de la mañana? Es el razonamiento que él se hace, y no deja de tener lógica.

Los Aries son intrínsecamente incapaces de adaptarse a un horario rígido y uniforme, sean cuales fueren los procedimientos habituales de una oficina. Su gran energía creativa fluye a todas horas, y no es posible ajustarla a la idea que algún otro tenga de lo que debe ser una jornada de trabajo. Alguna vez, por imperiosas razones personales, Aries pedirá permiso para retirarse temprano por la tarde, pero esa misma noche volverá para acabar de quemar el combustible de su lámpara, o a la mañana siguiente se dejará caer antes de que canten los pájaros para compensar el trabajo que dejó sin hacer. Si hay algo que le molesta es entregar un trabajo menos perfecto de lo que el sabe que es capaz de hacerlo. Así, aunque descuide los detalles y desdeñe la rutina normal de la oficina, esa cualidad es demasiado positiva como para desperdiciarla. Vale la pena pasar por alto la independencia de Marte para sacar provecho de su maravillosa decisión de triunfar, que evidentemente ira en beneficio de su empresa, si tiene usted la astucia y la paciencia necesarias para utilizarla bien.

El dinero nunca es la principal razón que tiene para trabajar. Insistirá en que le paguen lo que vale (lo que él cree que vale) en homenaje al ego y al status, pero desde luego el dinero no es su principal objetivo. Lo que lo motiva es el ansia de éxito, y el efectivo es siempre secundario. Es posible que muchas veces tenga que pedir dinero prestado, porque el Carnero, por lo general, gasta para vivir más de lo que gana. Así y todo, con una palmadita mas en el hombro se conseguirá mas de él que con una cantidad extra en su paga semanal. Claro que tendrá usted que combatir su deseo de hacerse cargo de las tareas de todos los demás, ya que Aries rebosa de ideas sobre la forma en que todo el mundo en la empresa -usted incluido- puede alcanzar mas rápidamente su meta. Pero, si puede aprender a no molestarse por sus sugerencias continuas e impertinentes, encontrará en él un manantial de ideas originales y aprovechables.

Sitúe siempre a un Aries en un lugar de acción, en un puesto que le permita salir a promover la firma y mezclarse con la gente. Jamás le deje detrás de un escritorio donde tenga que hacer día tras día el mismo trabajo bajo la vigilancia de otro empleado. Son muy pocas las personas de quienes Aries se avendrá a recibir órdenes, ya que cree que hay muy pocas superiores a él. Indudablemente, piensa que usted es una de ellas, pues de lo contrario jamás habría tenido nada que ver con usted. Si tiene la convicción de que usted le entiende y aprecia sus esfuerzos, será probablemente el empleado más leal, trabajador y competente de su empresa. Pero póngalo en un puesto inferior, y a duras penas si hará el más rutinario de los esfuerzos.

Como es natural, Aries no siempre puede empezar desde arriba, aunque eso es lo que le gustaría. Si debe comenzar desde abajo para aprender una actividad nueva, trate de agregar a sus obligaciones cotidianas alguna responsabilidad que parezca importante, para que por lo menos pueda pensar que está arriba. Eso evitará que se avergüence ante sí mismo. Para dar lo mejor de si, Aries necesita tener la sensación de que sin él las cosas no marcharían bien. Son promotores por naturaleza. Aries se convertirá en el promotor de su empresa con su mujer y sus hijos, los taxistas, los camareros y cualquiera que le preste oídos, ya sea en el cine o en la piscina; no se limitará a las horas en que se le paga para hacer la promoción. Convertirá a todo el mundo, desde su dentista hasta su agente de seguros, en entusiastas de su empresa. Pocas personas (salvo los nativos de Leo) pueden igualar a Aries en su capacidad para conseguir cuentas nuevas, salvar clientes que usted consideraba irremediablemente perdidos y llevar a la práctica los proyectos mas ambiciosos que a usted puedan ocurrírsele, especialmente si piensa que usted depende de él para poder llevarlos a cabo.

Si se produce alguna vez una emergencia financiera, su empleado Aries no es de los que abandonan el barco que se hunde. Le acompañará a usted durante la crisis, y es probable que aporte algunas ideas propias sobre la forma de resolverla. Aries no puede sencillamente aceptar que nada ni nadie en quien él crea, él mismo incluido, pueda fracasar. Es obvio que hay momentos oscuros en los que este rasgo de su personalidad puede ser muy estimulante.

Si pide a un empleado Aries que trabaje los fines de semana o durante las vacaciones, que acepte temporalmente una reducción de su salario durante una emergencia o que, por enfermedad o vacaciones, haga algún otro trabajo además del suyo, será raro que se queje. Pero no se olvide de agradecérselo cálidamente y de hacerle saber con cuanta sinceridad lo aprecia.

Son pocas las cosas que no llegará a hacer para obtener su aprobación. Jamás atribuya a otro el mérito del trabajo que él ha hecho, ni le haga sentir culpable por llegar tarde; no exagere los elogios a los otros cuando él está presente, no insista en señalarle sus errores -especialmente en presencia de otras personas- y jamás le de la impresión de que desea que se quede en su lugar. Si no cuida estos detalles, Aries se mostrará irritable, frustrado y perezoso. Jamás se verá en el caso de tener que despedirle; lo más probable será que él se le adelante y se vaya. De todas maneras, generalmente no es necesario reñir a un Aries, que suele ser el primero en disculparse por los errores cometidos a causa de su prisa y su impulsividad naturales, si se muestra uno tolerante con él, y que intentará sinceramente no repetirlos. Aunque no siempre logre éxito en su intento, sus intenciones son admirables. Es posible que tenga usted que advertirle en privado y con mucho tacto que no sea tan precipitado y exagerado en su confianza, pero nunca le desanime. Si lo intenta, no lo conseguirá, pero perderá en cambio todo su valioso y estimulante optimismo.

Cuando se reconocen sus talentos, Aries literalmente se agota para conseguir superarse. En su caso, la crítica jamás alcanzará la meta a que va dirigida. Además, lo más probable es que acierte con sus corazonadas, por más que algunos de los expertos que están en eso desde hace años digan lo contrario.

Aries tiene una escalofriante capacidad para entender el hoy con una claridad que no poseen ni los que se aferran al ayer ni los que ponen todas sus esperanzas en el mañana. Por ello es provechoso escucharle, aunque su ansiedad y la seguridad de no equivocarse pueden hacer que de vez en cuando se le caigan estrepitosamente al suelo los modales.

Tan pronto como pueda, asciéndale o confiérale un título que le haga saber que está cumpliendo bien y que usted está satisfecho; y por lo que mas quiera, tan pronto como sea posible déjele trabajar solo o ponga a alguien bajo sus órdenes. Déle la sensación de una vinculación personal. Es importante que quienes tienen trato con Aries en cualquier dimensión laboral o profesional se den cuenta de que pueden realizar muchas aportaciones valiosas a la actividad que desempeñan, pero únicamente si sienten que de alguna manera son importantes.

Cuando su entusiasmo y su idealismo se amortiguan, el Carnero pierde rápidamente el interés, se descorazona y –sombrío y desanimado- se hace a un lado, dejando que se ocupen los demás. Ello constituye un desperdicio innecesario de su auténtico talento. A menos que le permitan promover, crear y ser original, Aries es tan inútil para si mismo como para los demás. Por la 1ógica y la bondad, será accesible en cualquier momento.

Como es conductor e innovador por naturaleza, Aries se encuentra a gusto prácticamente en cualquier carrera o profesión. No hay un lugar especial que sea el mejor para él. Eso si, sea un invernadero o un cuartel de policía, tenga que usar casco de bombero o máscara de cirujano, Aries debe tener el mando. La publicidad y las relaciones públicas le atraen, porque son campos que le ofrecen la posibilidad de promover, y a él le gusta vender cosas del mismo modo que a un pato le gusta el agua.

Pero se le puede poner en cualquier trabajo, desde maestro a camionero, desde locutor a albañil, y él entrará perfectamente en la ranura con tal de que esta tenga la amplitud suficiente para acoger su exceso de energías y de ego.

Es posible encontrarse con algún Carnero que oculte su inquietud bajo una apariencia mas tranquila y controlada, pero no se engañe nadie pensando que se dejará arrinconar. Otros tal vez, pero él no. Su lugar está en el frente, en la vanguardia.

Si canaliza usted correctamente sus capacidades, Aries le hará ganar un montón de dinero, y contará usted con su lealtad inflexible e inconmovible, especialmente cuando la situación llega a ser difícil. Si se pone a mirar un poco a su alrededor, vera que esas virtudes valen mucho mas.